Kidane Isaac tenía 18 años y trabajaba como albañil cuando fue detenido. Su delito: intentar huir de su país, Eritrea, para escapar del notorio servicio nacional militar.
"Me llevaron prisionero a Mai Edaga. Eran dos hoyos cubiertos con un techo de zinc. Estaba abarrotado, nos daban dos panes al día, había moscas todo el tiempo, estaba muy sucio. Era un lugar terrible".
"Nos arrestaron inesperadamente y nos llevaron a prisión. No hubo acusación formal, ni interrogatorio. No hubo abogados. Fue una locura".
Igual que Kidane, cuyo testimonio fue obtenido por la organización Aministía Internacional, hay miles de eritreos que han sido detenidos en su país esperando un juicio. Se dice que algunos han aguardado 20 años.
Aministía Internacional calcula que hay unos 10.000 prisioneros que han sido arbitrariamente detenidos por el gobierno del presidente Isaias Afewerki, quien ha estado en el poder desde que el país declaró su independencia de Etiopía en 1993.
Hermético
Eritrea ha sido descrito como uno de los países "más herméticos, represivos e inaccesibles" del mundo.
"Desde 2001 comenzó una campaña de medidas severas contra políticos de oposición que fueron arrestados e incomunicados. Y se tomaron medidas muy duras contra los medios de comunicación y los grupos religiosos", explica a BBC Mundo Rachel Nicholson, investigadora de Amnistía Internacional en el Cuerno de África.
"Sabemos por los testimonios de quienes han logrado escapar que no hay una sociedad civil independiente en Eritrea, ni medios de comunicación independientes, ni ningún tipo de libertad de expresión política o religiosa".
"Pero no hemos podido verificarlo porque el gobierno no ha permitido la entrada de ningún tipo de observador o comisión de verificación", agrega.
Naciones Unidas ha estado investigando la situación de derechos humanos en Eritrea, pero en repetidas ocasiones el gobierno ha negado la entrada a la relatora especial de la organización, Sheila Keetharuth.
En un informe presentado a fines de 2014, Keethraruth expresó "alarma" por las contínuas violaciones de derechos humanos en el país, incluidas ejecuciones extrajudiciales, tortura y un servicio militar nacional "indefinido".
Esta situación, indica la ONU, está forzando a una "salida masiva" de eritreos, muchos de los cuales están arriesgando su vida cruzando la peligrosa ruta del Mar Mediterráneo para llegar a Europa.
Naciones Unidas afirma que los eritreos forman el segundo grupo -después de los sirios- que están cruzando desde el norte de África hacia Europa en barco, y en los últimos meses cientos de ellos han muerto en el intento.
Según la ONU, unas 3.000 personas están tratando de huir cada mes de Eritrea. Para fines de 2014, la organización había registrado 48.400 solicitudes de asilo de eritreos en 44 países industrializados.
Y en la última década, dice la organización, unos 305.000 eritreos -5% de la población- han huido del país.
¿Por qué huyen?
La principal razón por la que esta nación africana está perdiendo a sus ciudadanos, principalmente a los más jóvenes, es un servicio militar nacional que muchos han descrito como "similar a la esclavitud".
"Aunque en papel se establece un límite de 18 meses, en la práctica la mayoría de la población, hombres y mujeres, deben servir al país durante gran parte de su vida", explica a BBC Mundo Rachel Nicholson.
"Tenemos informes que jóvenes de incluso 15 años son reclutados para el servicio militar y que este servicio dura hasta que la gente tiene 50 años. Es obligatorio para hombres y mujeres".
"Durante este servicio deben realizar cualquier tarea que se les mande y en el área que se les asigne, como construcción, o en las minas. La gente no tiene ninguna alternativa. Y mientras deben vivir en pésimas condiciones", agrega la investigadora de Aministía Internacional.
Eritrea:
Se independizó de Etiopía en 1993
Población: 6,3 millones
No hay partidos de oposición ni medios de comunicación independientes
El servicio militar nacional puede durar hasta los 50 años
La ONU calcula que unos 3.000 eritreos están huyendo de su país cada mes
"Trabajos forzados"
La organización Human Rights Watch publicó informes en 2013 de que "los conscriptos estaban siendo utilizados por una compañía constructora estatal" para construir infraestructura de una mina de oro.
"Antiguos conscriptos describieron largas horas de trabajo a cambio de raciones mínimas de alimentos, alojamientos rudimentarios, y salarios tan bajos que no les alcanzaban para mantenerse a ellos y mucho menos a sus familias", dice HRW.
Agrega que los trabajadores "tenían prohibido dejar el lugar de trabajo".
A quienes se les asigna llevar a cabo labores militares, dice la organización, deben portar armas, reportarse para entrenamiento y realizar patrullas periódicas. Hay informes de hombres de 50 y 60 años realizando estas tareas.
Y para quienes intentan huir de estas labores hay dos alternativas: tratar de huir del país y poner en riesgo su vida realizando el peligroso trayecto hacia el norte de África y Europa, o ser retenido en los que se dice son unos 200 centros de detención en el país.
Kidane Isaac -que ahora está buscando asilo en Israel- dice que nunca pensó que "vería el infierno", hasta que fue arrestado y encarcelado en uno de los centros de detención de Eritrea.
"Todas las noches oyes gritos y llantos de personas que están siendo golpeadas. A mi me golpearon horriblemente, con barras de metal", le dijo el joven a Aministía Internacional.
Tanto la ONU como las organizaciones de derechos humanos repetidamente han instando a las autoridades eritreas a cooperar para poder hacer frente a los retos de derechos humanos en el país.
Pero hasta ahora no ha habido respuesta del gobierno y los llamados al presidente Isaias Afewerki para liberar a los prisioneros políticos y periodistas, poner fin a las detenciones arbitrarias, y para hacer frente a la situación de derechos humanos en el país.