Chris Parker es un vagabundo que circula por las noches en los alrededores del Manchester Arena. Se queda ahí hasta que finalicen los eventos masivos a la espera de la multitud para ver si puede conseguir algún tipo de limosna.

El este lunes no fue la excepción. 

"Todo el mundo estaba feliz. Mientras estaban saliendo por las puertas de cristal escuché una explosión y un segundo después un flash, después, humo y muchos gritos. Me hizo caer al suelo y después me levanté, mi instinto me hizo intentar ayudarles", contó Parker, de 33 años y sin hogar desde hace un año, a la agencia AP.

Cerca de las 22:40 del lunes una detonación se escuchó a varias manzanas a la redonda. Se trataba de un atentado suicida que cobró la vida de la menos 22 personas. 

Apenas sucedió eso, Parker trató de ayudar a todo quien estaba a su alcance. Pero sin duda quien más lo impactó fue una mujer de 60 años, que presentaba graves heridas en su cabeza y en las piernas. 

 "Murió en mis brazos. Desde entonces no he parado de llorar", contó Parker. Su historia ha dado vuelta las redes sociales e incluso motivó a una inciativa de Crowfunding para ayudarlo a recaudar dinero.

Otra historia de heroísmo es la del "taxista del turbante". Este hombre puso su vehículo a disposición como un servicio de taxi gratis para todos los que lo requieran.

"Intenté ayudar a toda la gente que lo necesitara. Había quien buscaba a su pareja, a otros les dejé en el hospital, no tenían dinero y se encontraban tirados sin nada. No había transporte público, las calles estaban cortadas, era muy difícil moverse", afirmó el taxista a Channel 4.

 

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