Por Diego Urdaneta (France Presse)
Miami Beach, el turístico balneario estadounidense que ha sido destino obligado de ricos y famosos, cumple 100 años, con celebraciones por todo lo alto pero también con la vista puesta en el futuro, ensombrecido por el aumento del nivel del mar.
Gracias a kilómetros de hermosas playas de arenas blancas, una vida nocturna que no para, una de las mayores concentraciones de edificios de estilo art déco y grandes fiestas de arte como Art Basel, Miami Beach es un imán de turistas: 14,5 millones de personas lo visitaron el año pasado.
Escenario de la primera visita de Los Beatles a Estados Unidos, de la legendaria pelea entre Mohamed Alí y Sonny Liston, del cruento asesinato del diseñador italiano Gianni Versace o de los últimos días del gánster Al Capone, Miami Beach alcanza su centenario el 26 de marzo.
"Es una ciudad en la que todo el mundo quiere vivir o quiere visitar, tiene una combinación del mejor clima del mundo, las mejores playas, una arquitectura única" y una gran actividad cultural, resume a la France Presse el alcalde de Miami Beach, Philipe Levine.
La pequeña ciudad-isla de 18 kilómetros cuadrados y 90.000 habitantes, enclavada entre al Océano Atlántico y la Bahía Vizcaína que la separa de Miami, tendrá 100 horas de festividades a partir del domingo. El jueves, día del centenario, estrellas como Andrea Bocelli, Gloria Estefan y Barry Gibb, de los Bee Gees, encabezarán un concierto a la orilla del mar.
Una periodista se toma una selfie en la casa que perteneció a Al Capone en Miami Beach.
Pero no todo será fiesta: el 27 de marzo la ciudad reunirá a expertos para discutir el aumento del nivel del mar por el calentamiento global, uno de los principales retos de la urbe, según el alcalde.
En los últimos 50 años, el nivel del mar en Florida aumentó entre 12 y 20 centímetros, pero la tendencia se acelera, advierten expertos. La situación es "crítica", por la "enorme inversión en infraestructura" que se verá afectada en Miami Beach, explica a la AFP Henry Briceño, profesor del Centro de Investigaciones Ambientales del Sureste de la Florida Internacional University.
"En 30 o 40 años van a tener que cambiar radicalmente algunas cosas y adaptar permanentemente la ciudad a estos nuevos niveles del mar", señaló.
El pasado de Miami Beach también estuvo lleno de turbulencias, explica el historiador de la ciudad Seth Bramson.
El balneario, ideado por un grupo de inversores como John Collins, los hermanos Lummus y Carl Fischer, que intuyeron el potencial del lugar, vio su primera etapa de esplendor en la década de 1920, cuando atraía a los ricos y famosos, hasta que fuera arrasado por un huracán en 1926 y luego por la Gran Depresión.
Imagen del Museo Art Decó de Miami Beach.
La zona fue tomada por los militares como campo de entrenamiento durante la Segunda Guerra Mundial, pero una vez acabado el conflicto volvió a cobrar vida, impulsada por el influjo de turistas de clase media.
En la década de 1980 alcanzó su punto más bajo, cuando junto al envejecimiento de su población y su infraestructura se instalaron en la región de Miami los llamados "Cocaine Cowboys" del crimen organizado y el narcotráfico, que dispararon los niveles de violencia.
"El área no llegaba a ser una barriada, pero estaba deprimida, los alquileres cayeron y los edificios a veces quedaban vacíos", dice Jeff Donnelly, historiador de la Miami Design Preservation League.
Miami Beach, acostumbrada a renacer, se repuso, gracias a la fama que alcanzó cuando empezó a ser usada como fondo de fotógrafos de moda y las inversiones para recuperar la depauperada zona art déco.
El prestigio volvió, y con él los turistas y los famosos: Matt Damon, Jennifer Lopez, Ricky Martin, Shakira o Gloria Estefan tuvieron o tienen casas en el balneario.
La joya de la corona sigue siendo el distrito art déco, un centenar de manzanas que concentra unos 700 edificios en el estilo de formas estilizadas y generosa ornamentación, destino ineludible de los que visitan el sureste de Florida.
"Este lugar tiene una mejor oportunidad de adaptarse que otros, por la necesidad de proteger este valor", concluye Donnelly, al augurar un futuro promisorio para Miami Beach pese a retos como el calentamiento global.