AFP

Leopoldo López, quien este sábado quedó en arresto domiciliario tras pasar más de tres años en prisión, es un radical líder de la oposición venezolana que ha sido una constante piedra en el zapato para el chavismo. 

López, de 46 años, economista con maestría en Harvard, fue sentenciado a 13 años, nueve meses y siete días de cárcel, acusado de incitación a la violencia en protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro que dejaron 43 muertos y unos 3.000 heridos entre febrero y mayo de 2014.

El dirigente, que forjó su carrera como adversario del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), volvió ahora a su casa en Caracas con su esposa Lilian Tintori y sus dos hijos, luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) le otorgara de oficio prisión domiciliaria por razones de salud.

La medida en favor del más emblemático de los opositores encarcelados en Venezuela -más de 400 según la ONG de derechos humanos Foro Penal- se produce en medio de una nueva oleada de manifestaciones que exigen la salida del poder de Maduro, y que dejan 91 muertos desde que estallaron hace tres meses.

La figura de López sacude nuevamente el tablero de ajedrez de la crisis venezolana, tras tener constante presencia a lo largo de estos meses.

El pasado 6 de junio, en un video difundido por redes sociales desde su celda en la prisión militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas, López llamó a los militares a "rebelarse" frente a lo que la oposición denuncia como una "salvaje represión" contra las movilizaciones.

Falsas noticias sobre su supuesta muerte, denuncias de torturas a gritos desde el calabozo y reuniones suyas con altos funcionarios gubernamentales han estado sobre la mesa.

La posibilidad del arresto domiciliario se barajaba desde hace varias semanas. Sin embargo, de acuerdo con Tintori, López la había rechazado en una reciente visita del expresidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, quien medió en un fallido diálogo entre gobierno y oposición el año pasado.

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