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En la Cumbre de las Américas, que finalizó este sábado, la mayoría de los mandatarios de la región condenó el uso de armas químicas pero alertaron del riesgo de una escalada en Oriente Medio, tras el bombardeo ordenado el viernes por la noche por el Presidente estadounidense, Donald Trump, en colaboración con Francia y Gran Bretaña, contra objetivos selectos del régimen de Bashar al Asad en Siria.
Estados Unidos y sus aliados enviaron un "mensaje claro al régimen sirio: no tolerarán armas químicas contra inocentes, mujeres y niños", dijo el vicepresidente estadounidense Mike Pence en el plenario de la VIII Cumbre de las Américas.
Tras pedir una respuesta unida a los representantes del hemisferio para dejar claro al gobierno sirio que "no aceptaremos estos ataques barbáricos ni ahora ni nunca", agradeció el apoyo del primer ministro canadiense Justin Trudeau y del Presidente colombiano, Juan Manuel Santos, con los que se reunió en la mañana.
"Siempre apoyaremos las acciones para castigar el uso de las armas químicas y buscar su erradicación, pero también hacemos un llamado a la paz", había dicho poco antes Santos, cuyo país es uno de los más fieles aliados de Washington en la región.
Desde Washington, un eufórico Trump saludó las operaciones militares y advirtió que volverá a atacar en caso de que el gobierno sirio insista en utilizar armas químicas, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido de emergencia, rechazó un proyecto de declaración presentado por Rusia que exigía una condena a los ataques de los tres países.
Otros presidentes latinoamericanos se mostraron más prudentes, como el brasileño Michel Temer quien manifestó su "profunda preocupación con la escalada del conflicto militar en Siria".
"Ahora es el momento de encontrar soluciones duraderas, basadas en el derecho internacional, para una guerra que se extiende demasiado tiempo, a un alto costo humano", dijo.
El Presidente de México Enrique Peña Nieto también pidió que se ponga fin al uso de "estos instrumentos de tan crueles consecuencias", "a través del derecho internacional".
Por su parte, Sebastián Piñera condenó "el intento de utilizar, almacenar o producir armas químicas, que constituye un grave atentado a los derechos humanos y a la humanidad, y muy especialmente cuando, como ocurrió en Siria, se utiliza para asesinar a su propio pueblo". Sin embargo, no aludió a la acción tomada por Trump.
En esa misma, línea el gobierno argentino, en voz de su Presidente Mauricio Macri, renovó su "firme condena al uso de armas químicas" en Siria e instó a la comunidad internacional a preservar la paz.
En cuanto al Presidente Venezolano, Nicolás Maduro, consideró como un "acto criminal" el ataque a Siria. "Fuimos testigos (…) de un acto criminal del imperialismo norteamericano contra el pueblo de Siria. Violando todo el derecho internacional, procedieron a lanzar misiles para crear pánico y terrorismo", manifestó Maduro frente a una marcha oficialista que llegó al palacio presidencial de Miraflores.
Venezuela "habla con voz fuerte y dura al mundo y dice: ¡No a la guerra imperialista!", exclamó el mandatario en un discurso transmitido en cadena de radio y televisión.
En españa, el primer ministro Mariano Rajoy aseguró que el ataque "es una respuesta legítima y proporcionada a los brutales ataques perpetrados por el régimen contra la población civil".
La canciller de Alemania, Angela Merkel, coincide con Rajoy asegurando que "la intervención militar era necesaria y apropiada". "Apoyamos el hecho de que nuestros aliados estadounidenses, británicos y franceses (…) hayan asumido sus responsabilidades", afirmó.