AFP
Las fuerzas especiales iraquíes seguían avanzando este viernes en el oeste de la ciudad de Mosul, donde la resistencia de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) muestra signos de debilitarse.
En el oeste de Mosul, las fuerzas de contraterrorismo (CTS) retomaron el viernes el barrio de Al Amil Al Oula tras librar combates contra los yihadistas, según el comandante conjunto de las operaciones, que coordina la lucha contra el EI en Irak.
Las CTS también reconquistaron el barrio de Al Amil Al Thaniyah, según la misma fuente.
"El enemigo se batió ferozmente en la primera línea de defensa", dijo a la AFP el general Maan Al Saadi, alto comandante de esta unidad de élite, aludiendo a los primeros barrios reconquistados por las fuerzas iraquíes tras lanzarse el 19 de febrero una ofensiva para retomar Mosul-Oeste.
Pero el EI "ha perdido muchos combatientes (...) y empiezan a menguar sus capacidades de combate", estimó el general Saadi.
Los yihadistas enviaron el viernes coches bomba --técnica recurrente para frenar el avance de las tropas iraquíes-- "pero no tantos como al principio de la batalla" añadió.
Otra señal de que se cierra el cerco en torno a EI es que su jefe, Abu Bakr Al Bagdadi "probablemente dejó Mosul antes de que Mosul y Tal Afar fueran aisladas por las fuerzas iraquíes", según un responsable de Estados Unidos.
215.000 desplazados
"Probablemente dio grandes orientaciones estratégicas" a sus jefes militares en el lugar y los dejó librar el combate, añadió este responsable en Washington.
El líder del EI había proclamado en junio de 2014, desde una mezquita de Mosul, un "califato" en territorios a caballo entre Irak y Siria. En noviembre pasado, exhortó a los yihadistas a resistir ante la ofensiva lanzada el 17 de octubre por el ejército iraquí.
"Aguantar posiciones con honor es mil veces mejor que retirarse con vergüenza", les dijo entonces.
La batalla por Mosul -cuya parte oriental fue reconquistada por las fuerzas iraquíes a fin de enero- ha desplazado a más de 215.000 personas, según la Organización internacional para las migraciones (OIM).
En Mosul, "éramos escudos humanos" para el EI, dijo Abdel Razak Ahmed, de 25 años. "La vida era difícil, teníamos hambre, solo comíamos pan y tahiné" (crema de sésamo), afirmó otro desplazado.
En la ONU, el embajador iraquí ante Naciones Unidas afirmó que no hay pruebas de que el grupo yihadista haya usado armas químicas en la batalla por el control de Mosul.
Tres rivales
En la vecina Siria, los yihadistas también retroceden ante tres fuerzas rivales: las tropas turcas y sus aliados rebeldes en el norte, las fuerzas sirias apoyadas por Rusia, y una alianza árabo-kurda apoyada por Estados Unidos en torno a su feudo de Raqa.
Al este de la provincia septentrional de Alepo, los bombardeos rusos y sirios proseguían este viernes contra posiciones del EI, que cada vez pierde más terreno, según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH).
Un miembro del Estado Mayor ruso citado por la agencia RIA-Novosti anunció que Rusia llevó a cabo en una semana 452 bombardeos contra el EI en el este de la provincia de Alepo, matando a más de 600 yihadistas.
El viernes, el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan afirmaron en Moscú que habían normalizado sus relaciones, prometiendo que reforzarán su cooperación, principalmente "en la lucha contra los grupos terroristas", indicó Putin.
Por su lado Estados Unidos aprobó el envío de 400 militares a Siria para apoyar la ofensiva en Raqa, 'capital' del EI.
Ya hay en Siria 500 militares estadounidenses que asesoran a los combatientes que luchan contra el EI, especialmente de la alianza árabo-kurda de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
Esta situación desagrada a Turquía, aliado clave de Estados Unidos, pero opuesto a que la reconquista de Raqa sea confiada a las FDS, considerado por Ankara como una pantalla para las milicias kurdas YPG, que los turcos califican de organización "terrorista".