AFP

Las cenizas del premio Nobel de la Paz y disidente chino Liu Xiaobo fueron esparcidas en el mar este sábado, horas después de que fuera incinerado, tras una discreta ceremonia en presencia de su viuda, cuyo futuro sigue siendo incierto.

Las autoridades divulgaron un video en el que se ve a su esposa Liu Xia y a otros personas sumergiendo en el agua una urna blanca, dos días después del fallecimiento a causa de un cáncer del opositor de 61 años, figura de la lucha por la democracia en China.

Los restos del disidente habían sido cremados, en la madrugada del sábado y lejos de la mirada de los medios, en Shenyang (noreste de China), donde Liu Xiaobo se encontraba hospitalizado hasta su fallecimiento el jueves pasado.

La dispersión de las cenizas del Nobel de la paz de 2010 implica que no tendrá sepultura alguna donde pueda rendírsele homenaje.

Pero su hermano mayor Liu Xiaoguang defendió esta opción el sábado por la tarde en conferencia de prensa. Defendió el "sistema socialista", agradeció a las autoridades por su "humanidad" y afirmó que habían actuado en función "de la voluntad de los miembros de la familia".

La sinceridad de estas palabras no puede verificarse, pues las autoridades han ejercido desde el principio el control sobre las informaciones que atañían a Liu, y el acceso a su entorno. La prensa no puedo interrogar al hermano del disidente cuando terminó su declaración.

Detenido durante más de ocho años por "subversión", el opositor político falleció el jueves a causa de un cáncer de hígado, que estaba en fase terminal.

Había sido puesto en libertad condicional en el hospital de Shenyang, en el noreste del país, pero Pekín rechazó liberar al disidente para que fuera tratado en el extranjero, como solicitaron vehementemente los países occidentales.

Su mujer, ¿libre?

Liu es el primer premio Nobel de la Paz que fallece estando detenido desde un pacifista alemán encarcelado por los nazis y muerto en 1938. El comité Nobel acusó a Pekín de acarrear con una "pesada responsabilidad" en su deceso. 

Tras la muerte del disidente, las miradas se vuelven ahora hacia su mujer Liu Xia, en arresto domiciliario desde 2010. La expoetisa y fotógrafa fue autorizada a visitar a su esposo en el hospital antes de su fallecimiento, pero sus contactos con el mundo exterior son muy limitados.

"Hasta donde yo sé, la señora Liu Xia es libre", afirmó el sábado Zhang Qingyang, responsable de la municipalidad de Shenyang, sin más precisiones.

Esa declaración fue cuestionada por sus allegados, que siguen sin estar en contacto con Liu Xia.

"Es preferible para ella que no reciba demasiadas solicitaciones exteriores durante este período de duelo. Es el deseo de la familia" añadió el responsable a los periodistas.

El comité Nobel noruego se declaró el viernes "profundamente preocupado" por Liu Xia, y exhortó al gobierno chino que la dejara salir del país.

"El mundo debe movilizarse para salvarla, y rápidamente" dijo el viernes el abogado de Liu Xiaobo en Estados Unidos, Jared Genser. "Ella merece vivir el resto de sus días fuera de China (...) en paz y tranquilidad" afirmó.

Las condiciones del fallecimiento de Liu fueron criticadas por varios países que habían pedido a Pekín que pudiera ser tratado en el extranjero.

El gobierno chino protestó de manera oficial ante Estados Unidos, Alemania, Francia y Naciones Unidas, alegando que eran injerencias en los asuntos internos del país.

"El Occidente utiliza a Liu Xiaobo como una carta en su juego contra China" denuncia este sábado el diario chino Global Times, conocido por su tono vehemente y nacionalista, y que había descrito  al disidente como "paranoico, ingenuo y arrogante".

Liu Xiaobo, escritor y profesor, fue condenado en 2009 a 11 años de reclusión por "subversión" tras haber reclamado reformas democráticas. Es uno de los autores de un osado manifiesto, la Carta 08, que pedía elecciones libres.

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