Un devastador terremoto de magnitud 7.8 sacudió este lunes el sureste de Turquía y el norte de Siria.
Los últimos balances entregados por las autoridades indican que el sismo ha dejado hasta ahora en Turquía 1.500 muertos, mientras que en Siria se habla de al menos 810 fallecidos.
Turquía alberga una zona de gran riesgo sísmico por la confluencia de tres placas tectónicas. Chile es reconocido también por ser un país sísmico. ¿Pero se pueden relacionar sus características geológicas para ocasionar un terremoto devastador?
Según recoge la cadena española RTVE, Turquía se encuentra en una zona especialmente conflictiva desde el punto de vista geológico, pues confluyen tres placas tectónicas: la de Anatolia, la de Arabia y la de África. Según especialistas, este último terremoto se habría producido en el este de la placa de Anatolia, una falla muy activa donde en las últimas décadas se han registrado varios sismos con magnitud superior a 6.
La falla está ubicada cerca de la frontera entre Turquía y Siria, extendiéndose a lo largo de una inmensa fractura del terreno en la que confluyen rocas impulsadas por el desplazamiento de las placas tectónicas.
El terremoto de este lunes no sólo sería el más violento en décadas, sino que también uno de los más extensos en cuanto a la zona geográfica afectada. Desde que existe un registro instrumental, se teme que pueda superar las consecuencias devastadoras del terremoto de 1999, el cual dejó en Turquía 17 mil fallecidos y más de un millón de damnificados.
En el caso de Chile, la antigua Onemi –hoy Senapred– indicaba que la mayoría de los sismos destructores están relacionados al movimiento convergente de la placa de Nazca por debajo de la placa Sudamericana.
Estas placas que se comprimen entre sí, acumulan una gran cantidad de energía a lo largo de su zona de contacto, produciendo deformación en sus bordes. Cuando la energía almacenada es lo suficientemente grande, estas placas se mueven liberando parte de la energía y deformación acumulada durante decenas o cientos de años.
De lo anterior se desprende que, si bien Chile y Turquía reúnen condiciones similares que los vuelven países sísmicos, distintas placas son las que ocasionan sus respectivos terremotos.
Las placas más grandes y alarmantes en el mundo
Las fallas son fracturas que se producen cuando hay un desplazamiento entre dos bloques de roca. “El movimiento de las fallas se produce por el desplazamiento de las placas tectónicas y por ello los terremotos se concentran en sus bordes”, explican desde la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada (UGR).
De acuerdo con una publicación de BBC, la falla de San Andrés es una de las más relevantes –y potencialmente más peligrosa– en todo el planeta. Atraviesa el estado de California, en Estados Unidos, de norte a sur y se extiende a lo largo de 1.300 kilómetros, delimitando la placa tectónica norteamericana y la placa del Pacífico.
Esta falla geológica ha ocasionado una multitud de terremotos y forma parte del conocido “Cinturón de Fuego del Pacífico”, una franja de 40 mil kilómetros de longitud que bordea el océano Pacífico en la que varias placas tectónicas se deslizan por debajo de América y Asia.
Desde nuestro país hasta Nueva Zelanda, esta región alberga más del 75 por ciento de los volcanes activos e inactivos de todo el mundo y es donde se producen el 90 por ciento de los terremotos, algunos de ellos devastadores debido a su intensa actividad sísmica y volcánica.