AFP

Los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G7 debaten este jueves en Dresde (Alemania) sobre el crecimiento mundial y la armonización fiscal, pero la sombra de dos ausentes --Grecia y China-- planea sobre la reunión. 

El ministro alemán, Wolfgang Schäuble, invitó a sus socios de Estados Unidos, Japón, Canadá, Gran Bretaña, Francia e Italia, y a sus respectivos banqueros centrales, a celebrar el G7 Finanzas en esta ciudad del Este alemán.

La reunión arrancó el miércoles por la noche con una ceremonia en la Frauenkirche, emblemática iglesia destruida por los bombardeos aliados en febrero de 1945, y pacientemente reconstruida tras la Reunificación.

Este G7 ministerial constituye una especie de "brainstorming" antes de la cumbre del G7 de jefes de Estado y de gobierno, los días 7 y 8 de junio en Baviera.

Aunque la presidencia alemana insiste que el caso de Grecia no está en la agenda oficial --los griegos no están representados en el G7-- muchos de sus actores clave sí acuden a la reunión, como la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde, y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

Impaciencia 

El tema está en la mente de todos, una día después de que el gobierno griego afirmara que se está elaborando un borrador de acuerdo con los acreedores, anuncio en absoluto confirmado por estos (FMI, BCE y Unión Europea).

Lagarde, interrogada este jueves por la cadena alemana ARD, dijo que "queda mucho trabajo por hacer" y que de momento no hay "resultado firme" de las negociaciones con Grecia.

Refutó también las críticas de Atenas, que reprocha al FMI estar complicando las negociaciones, y aseguró que su organización trabaja "de forma equilibrada y respetuosa".

Schäuble ya había afirmado el miércoles por la noche que las negociaciones "aún no han avanzado mucho".

También los socios no europeos del G7 se impacientan.

El secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, pidió el miércoles en Londres que se resuelva rápidamente la crisis de la deuda griega para evitar "accidentes".

"Un error de cálculo podría llevar a una crisis potencialmente muy dañina", dijo en una conferencia en la  London School of Economics.

"Todo el mundo tiene que redoblar esfuerzos, tratar la próxima fecha límite como si fuera la última y resolver esto", instó.

Para su colega canadiense Joe Oliver, la crisis griega está "aún sin resolver", y es un factor que "exacerba los riesgos" que pesan sobre una economía mundial todavía frágil.

Al margen de la sombra griega, el G7 Finanzas abordará los medios para hacer durable el crecimiento económico. Esta vez, a instancias de Alemania, la reunión no terminará con un comunicado final para evitar pérdidas de tiempo innecesarias en busca de fórmulas consensuales.

China también preocupa 

También se abordarán temas de actualidad como Ucrania y su situación financiera, o una posible ayuda financiera a Nepal tras los terremotos que ha sufrido, durante una sesión de trabajo prevista el viernes por la mañana.

También se tratará el asunto del nuevo banco de inversiones impulsado por China, en el que los europeos del G7 quieren participar, pero no Estados Unidos, así como el tema de la divisa china, que Pekín desea ingrese en la cesta de los Derechos Especiales de Giro del FMI.

El propio FMI azuzó esta semana la disputa entre Pekín y Washington sobre el valor del yuan, al afirmar --contrariamente a lo que sostiene Estados Unidos-- que la divisa china ya no está subevaluada. Lew expresó rápidamente su desacuerdo con esta posición.

De manera general, en el G7, "hay una preocupación común, que es la de acompañar a China hacia la adopción de todas las responsabilidades que le incumben por su lugar entre las grandes potencias económicas mundiales", resumió el entorno del ministro francés de Finanzas, Michel Sapin.

Publicidad