AFP
Los mandatarios de los 28 países de la Unión Europea y de seis ex repúblicas soviéticas mantendrán a partir del jueves una cumbre de la Asociación Oriental, ensombrecida por la intervención de Rusia en Ucrania.
En la anterior cumbre, celebrada en Vilna en noviembre de 2013, el entonces presidente ucraniano, el prorruso Viktor Yanukovich, se negó en el último momento a firmar un acuerdo de asociación con la UE, que finalmente ratificó en junio de 2014 su sucesor al frente del país, el proeuropeo Petro Poroshenko.
Sin embargo, esta negativa originó, además de la caída de Yanukovich tras una oleada de protestas prooccidentales, la incorporación de la entonces península ucraniana de Crimea a Rusia y el inicio del conflicto en el este de Ucrania entre fuerzas leales a Kiev y separatistas prorrusos.
La oposición ucraniana vio entonces la mano del Kremlin en la negativa de Yanukovich, que consideraron un intento de Rusia para impedir la marcha de las ex repúblicas soviéticas de su zona de influencia.
No obstante, Moscú parece ahora dispuesto a no oponerse a la entrada en vigor de un acuerdo de libre comercio entre la UE y Ucrania, cuando además aparecen signos en París, Berlín o Moscú de querer apaciguar el conflicto ucraniano.
"Sólo deseamos (...) que estas relaciones [de la Asociación Oriental] no se construyan en detrimento de los intereses legítimos de la Federación de Rusia", subrayó el miércoles en Bruselas el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov.
En Riga, la UE y Ucrania deben firmar un documento confirmando el tercer tramo de ayuda europea, estimado en 1.800 millones de euros.
Sin embargo, según el politólogo letón Andris Spruds, la Asociación Oriental, creada en 2009 para instalar una "zona de seguridad y de estabilidad", avanza actualmente "pasito a pasito".
Las perspectivas de adhesión a la UE de los seis países de la Asociación (Ucrania, Georgia, Moldavia, Armenia, Azerbaiyán y Bielorrusia) son inexistentes por el momento.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, prefiere actualmente un "enfoque constructivo de las relaciones con Moscú", constata una experta de la Asociación Oriental, Elzbieta Kaca.
En este contexto, la cumbre deberá hacer frente al desafío de cómo conciliar esta iniciativa y las relaciones con Rusia, añade esta investigadora del Instituto Polaco de Relaciones Internacionales.
'Estatua a Putin'
"Deberíamos erigir una estatua a Putin. Él movilizó a la OTAN, a la UE, reforzó la identidad ucraniana", dijo el politólogo Spruds, para quien muchos países de la UE consideran a Rusia "un socio comercial, pero también un socio político y diplomático, cuyos intereses serán indirectamente tomados en cuenta".
No obstante, los organizadores de la cumbre, la UE y la diplomacia letona, reconocen que no habrá ninguna gran decisión en Riga.
"La cuestión clave es que la Unión Europea reafirme la importancia estratégica de esta región y de esta política" de vecindad, dijo a la AFP Juris Poikans, embajador letón para la Asociación Oriental.
Los tres países con acuerdos de asociación con la UE (Georgia, Ucrania y Moldavia) se verán instados a reformar su sistema legal y reglamentario para mejorar la cooperación con los 28, a cambio de una eventual supresión de visados para sus ciudadanos, como ya ocurre con los moldavos.
Por su parte, Armenia, que dio la espalda al acuerdo de asociación con la UE para unirse en 2014 a la Unión Económica Euroasiática promovida por Moscú junto a Kazajistán y Bielorrusia, podría anunciar la reanudación de las negociaciones con Bruselas.
Finalmente, esta cumbre podría abordar otros asuntos urgentes, aunque no en el orden del día, como las sanciones contra Rusia, las cuotas de migrantes o los problemas de solvencia de Grecia.
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