El escudo antimisiles es activado en medio de las protestas de Rusia, que lo considera como un desafío a su propia seguridad.
"Consolidaremos la presencia de las fuerzas aliadas si es necesario, no para atacar, sino para defender la seguridad", dijo hoy en Bucarest el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa junto al presidente rumano, Klaus Iohannis.
"Rusia ha cambiado de fronteras por la fuerza y continúa amenazando a los vecinos", prosiguió el responsable de la Alianza. Tras su paso por la capital rumana, el secretario general de la OTAN se trasladará hoy a Deveselu, al suroeste de Rumania, donde participará en la ceremonia oficial de apertura del escudo antimisiles.
Críticas de Rusia
Rusia ha criticado la puesta en marcha de la base en Rumania, al considerar que tiene capacidad de lanzar misiles, lo que pondría en peligro el equilibrio estratégico en la zona. "Resulta imposible que el escudo derribe misiles balísticos rusos. No veo ningún motivo por el cual se justifiquen las tensiones, las amenazas de Rusia son irresponsables, los rusos saben que no es un sistema dirigidos contra ellos", aseguró Stoltenberg.
Iohannis, por su parte, manifestó hoy que "la situación del flanco este de la OTAN continúa siendo volátil" y que el escudo responde "a las amenazas con misiles desde fuera de Europa". El sistema está equipado con misiles interceptores del tipo SM-3, a un coste de unos mil millones de dólares (880 millones de euros) y forma parte de la segunda fase del escudo en Europa.