Japón, que ocupa la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, anunció que una nueva serie de medidas punitivas contra Corea del Norte sería sometida a votación este viernes. De aprobarse, el borrador de resolución presentado un día antes por Estados Unidos restringiría aún más el acceso de Pyongyang a productos petroleros y ordenaría la repatriación de ciudadanos norcoreanos que trabajan fuera del país asiático, dijeron fuentes diplomáticas.
Washington alega que los ingresos obtenidos por muchos de esos trabajadores en lugares como Rusia o China son utilizados por el régimen de Kim Jong-un para financiar su programa nuclear y de misiles. Las nuevas sanciones han sido descritas como una respuesta al ensayo llevado a cabo por Corea del Norte el pasado 29 de noviembre, cuando probó su misil balístico intercontinental más avanzado. Según Pyongyang y numerosos expertos, el proyectil sería capaz de alcanzar todo el territorio continental de Estados Unidos.
La ONU ya ha aprobado importantes sanciones económicas contra Corea del Norte, con fuertes restricciones a sus importaciones de petróleo y otros productos, y vetos a sus exportaciones en distintos sectores. El objetivo es dejar al país sin fondos para sus programas armamentísticos y lograr que acceda a negociar con la comunidad internacional. "Nosotros estamos a favor de endurecer las sanciones”, declaró el embajador francés, François Delattre.
Delattre dijo confiar en que el texto estadounidense pueda ser aprobado "por consenso” y "cuanto antes”. Tradicionalmente, Estados Unidos y China negocian primero las sanciones contra Corea del Norte en la ONU y sólo cuando tienen un acuerdo presentan el texto al resto de los miembros. Por ello, todo apunta a que el borrador estadounidense cuenta ya con el visto bueno de Pekín –que es el país más cercano a Pyongyang– y que su adopción no sería complicada.
Además de las sanciones de las Naciones Unidas, muchos países han implementado sus propios castigos unilaterales de cara a Corea del Norte. Según expertos de la ONU, todas esas medidas podrían estar teniendo un impacto en la vida de los civiles norcoreanos, algo que la organización siempre ha pedido evitar.