Más de 3.000 millones de personas entran este sábado en un fin de semana de confinamiento en un mundo confrontado a la aceleración de la pandemia de coronavirus que ha causado más de 25.000 muertos y se ceba con Europa, sobre todo con Italia y España.
En Italia, la COVID-19 ha matado a casi 1.000 personas (9.134) en 24 horas, una cifra inédita para un solo país desde el comienzo de la crisis.
Sin embargo el contagio sigue remitiendo en la península, lo que permite pensar que las drásticas medidas de confinamiento tomadas hace dos semanas están dando resultado, aunque todavía no se ha alcanzado el pico.
Le sigue España (más de 4.858), que según el centro de emergencias sanitarias está empezando a acercarse "progresivamente a ese pico (de casos) tan ansiado".
El gobierno de Pedro Sánchez sigue multiplicando las medidas en el frente económico, y prohibió a los empresarios despedir a trabajadores a causa de la pandemia. En su lugar, deberán acogerse a planes de paro temporal subsidiados por el ejecutivo.
El país con más contagios es Estados Unidos (100.000).
Esta situación llevó al presidente Donald Trump a ordenar por decreto al fabricante de automóviles General Motors producir respiradores artificiales, que se agotan en los hospitales y son vitales para los pacientes.