Como si se trata de una interminable pesadilla por capítulos, la policía de Austria anunció un nuevo hecho dramático relacionado con el caso de los migrantes encontrados en una van recientemente.
Tres niños y sus familias desparecieron sin dejar rastro del hospital del pueblo de Braunau am Inn, en la frontera con Alemania.
Los menores, dos niñas y un niño de entre 1 y 5 años de edad, se encontraban en situación crítica por deshidratación.
Se cree que la desesperación llevó a las familias a arriesgarse a dejar el hospital, antes que ser enviados a su país de origen.
Todos forman parte del grupo de 26 migrantes indocumentados provenientes de Siria, localizados el viernes pasado por la policía austríaca dentro del vehículo que conducía un hombre de nacionalidad rumana, en la zona fronteriza cercana a Barunau am Inn.
Las detenciones se produjeron un día después del hallazgo de un camión abandonado en una carretera de Austria, donde encontraron 71 cadáveres que se creen eran migrantes, en su mayoría procedentes de Siria.
En el hospital
La situación luce del todo inexplicable, porque tanto los niños como los adultos se encontraban en condiciones físicas muy precarias.
Cuando fueron localizados en la van la policía reportó que las personas estaban enfermas gravemente y casi inconscientes.
La BBC en Austria pudo conocer que la desaparición de las familias se produjo en algún momento del sábado. La policía cree que su intención podría ser intentar cruzar la frontera alemana, antes que enfrentar la deportación a Hungría.
Otro detenido por el caso del camión
En paralelo, la policía de Hungría informó que arrestó a un quinto sospechoso en relación con el caso de las 71 personas muertas abandonadas en el camión.
El hombre es de nacionalidad búlgara, y es el cuarto implicado con esa ciudadanía. El otro arrestado es un afgano.
Para las autoridades, estos hombres son miembros con rango bajo dentro de una organización criminal que trafica con personas.
La policía reveló que los 59 hombres, ocho mujeres y cuatro niños encontrados en el vehículo de carga, habrían muerto por sofocación dos días antes de ser localizados.
"Había un bebé, una niña de uno o dos años", dijo en conferencia de prensa el comandante de la policía de Bungerland Hans Peter Doskozil.
Crisis de los migrantes
Sólo en el último mes han cruzado las fronteras de la Unión Europea, por mar o tierra, un total de 107.500 migrantes.
Algunos han pagado sumas cuantiosas a traficantes que los hacen pasar los bordes limítrofes ilegalmente.
Frente a esta grave crisis, los gobiernos de Alemania, Francia y Reino Unido convocaron para este domingo a una reunión de emergencia a los ministros del interior y justicia de la Unión Europea.
El canciller de Francia, Laurent Fabius, criticó a las autoridades de los países de Europa del Este por la manera como vienen manejando la situación de los inmigrantes.
"Cuando veo que ciertos países europeos, en especial los del este, no aceptan cuotas (de migrantes), me escandalizo", dijo a la estación de radio Europe 1.
El ministro francés señaló específicamente la barrera de alambres colocada en la frontera entre Hungría y Serbia, como una forma de "no respetar los valores comunes defendidos por la Unión Europea".
Al preguntarle si la barrera debería ser derribada, Fabius respondió enfáticamente "por supuesto".
La alambrada, de unos 4 metros de alto, fue construida por Hungría y se completó el sábado.
Este país recibió en lo que va de agosto más de 40.000 refugiados en busca de asilo. La mayoría son de nacionalidad siria y llegaron a Hungría a través de los Balcanes.
La crisis ha escalado internacionalmente. Este domingo el Papa Francisco dirigió las oraciones en la plaza de San Pedro en favor de los migrantes que "han muerto en sus terribles viajes", y llamó urgentemente a que se conforme una coalición "para impedir estos crímenes que ofenden a toda la familia".