Un muy reducido número de fieles musulmanes empezó este miércoles la gran peregrinación a La Meca con estrictas medidas de seguridad por el nuevo coronavirus, que en Estados Unidos provocó 1.600 muertos en apenas 24 horas, una elevada cifra que no se veía desde hacía meses.

Se trata del número más alto desde mediados de mayo, según los datos de la universidad Johns Hopkins, que lleva las estadísticas en Estados Unidos, el país más castigado del mundo por la pandemia de covid-19.

El covid-19 provocó hasta ahora unos 660.000 muertos en todo el planeta e infectó a más de 16,7 millones de personas, según datos recopilados por la AFP en base a fuentes oficiales.

En este nueva realidad en la que las grandes concentraciones de personas están prohibidas, Arabia Saudita dio comienzo este miércoles el peregrinaje anual a La Meca pero en formato restringido, que obliga al pequeño número de fieles autorizado a guardar una cuarentena antes y después de los rituales.

En pequeños grupos, cada uno con un guía, los fieles empezaron a dar las siete vueltas a la Kabaa, la construcción cúbica que se encuentra en el centro de la Gran Mezquita de La Meca, según imágenes en directo de las televisiones sauditas.

Entre 1.000 y 10.000 peregrinos residentes en el reino participan este año en el hach, un número ínfimo comparado con los 2,5 millones de personas de 2019.

Brotes y nuevos confinamientos

En Estados Unidos, con un balance de casi 150.000 muertos, el presidente Donald Trump, que aspira a la reelección en las presidenciales de noviembre, ha sido muy criticado por su gestión.

La red social Twitter decidió retirar un vídeo que retuiteó Trump en lo que unos médicos hacían afirmaciones falsas sobre la pandemia, argumentado que violaba la "política de desinformación sobre el covid-19" de la compañía.

Por su parte, China, atacada por Trump por su gestión inicial de la pandemia, anunció 101 nuevos contagios el miércoles, un récord en los últimos tres meses, mientras siguen apareciendo focos regionales.

Las autoridades se concentran en el rebrote en Dalian, una ciudad portuaria del noreste, donde los trabajadores habrían manipulado embalajes de marisco que estaban contaminados.

En Hong Kong, la jefa del ejecutivo Carrie Lam advirtió que el territorio podría estar "al borde de un contagio comunitario a gran escala, que llevaría al colapso de nuestro sistema hospitalario y costaría vidas, en particular las de los mayores".

A partir del miércoles todos los residentes de este territorio densamente poblado de 7,5 millones de personas tienen que llevar mascarilla cuando salgan de casa y los restaurantes solo pueden servir comida para llevar, un problema en pleno verano.

"Hace mucho calor fuera", dijo a la AFP un trabajador de la construcción que se hace llamar Chow. "Diez minutos después de empezar a trabajar mi camisa estaba mojada", dije, explicando que echa de menos el aire acondicionado de los restaurantes.

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