AFP
El primer ministro británico David Cameron ya preparó su mudanza del 10 Downing Street para dejar la casa a su nueva inquilina, Theresa May, quien lo ocupará desde el miércoles, pero eso sí, el gato Larry se queda en el domicilio.
Larry frecuenta las antecámaras del poder desde 2011, fecha en que fue enrolado para dar caza a ratas y ratones. El felino tendrá que habituarse al estilo de los zapatos de tacón de la nueva residente, en particular los de imitación piel de leopardo.
En un primer momento se especuló con que Larry partiera junto a Cameron y familia. Pero, rápidamente se le comunicó que se le había reservado una suerte diferente a la del renunciante primer ministro.
"Es el gato de un funcionario, no de los Cameron", precisó un portavoz de Downing Street. "¡Se queda!", remató.
Larry, un gato procedente de la Sociedad Protectora de Animales (SPA), fue llevado a Downing Street después de que se advirtiera, en imágenes grabadas por las cámaras de los servicios informativos televisivos, la presencia de una rata fisgoneando ante la célebre puerta negra de la residencia del primer ministro.
No obstante, la eficacia de Larry ha sido puesta en tela de juicio. Recibe numerosos obsequios y golosinas de sus admiradores y pasa la mayor parte del tiempo "probando la calidad (y confort) de los muebles antiguos en sus siestas" cotidianas, según un portavoz.
Downing Street siempre contó con un felino cazador de ratas desde 1920. Según algunos, han gozado del título de "cazador de ratones en jefe de la sede del gobierno", e inclusive reciben un salario por sus servicios.
Humphrey, un gato de alcantarillas que se domicilió allí en pleno gobierno de Margaret Thatcher y sobrevivió a la gestión de John Major, fue jubilado en 1997 por Tony Blair -presionado por su mujer Cherie, según rumores de la época-. Éste recibía una pensión anual de 100 libras (120 euros).
Sin embargo, Larry es víctima de las políticas de austeridad y trabaja gratuitamente, en tanto el personal de Downing Street se encarga de alimentarlo.
Larry ha estado en varias ocasiones a punto de enzarzarse en peleas con Palmerston, el gato del vecino ministerio de Relaciones Exteriores. Además, mantendría relaciones bastante difíciles con Freya, la gata de la familia del Canciller de la Hacienda (Chancellor of the Exchequer), George Osborne, quien vive en la casa vecina, o sea, en el número 11. Aunque Freya pronto podría tener que mudarse si su amo no mantiene su cargo.