En medio de la incertidumbre sobre la carrera política de Joe Biden en Estados Unidos, el gobierno norteamericano descartó que el mandatario tenga Parkinson.

Esto luego de que la noticia se difundiera en medios internacionales. 

Biden reiteró el lunes que está determinado a permanecer en la carrera y desafió a los demócratas descontentos a postularse durante la convención del partido en agosto.

El Presidente más longevo de la historia de Estados Unidos afirmó que su mal desempeño en el debate, durante el cual se quedó boquiabierto varias veces, se debió a una "mala noche" causada por un resfriado y el desfase horario por los viajes al extranjero.

En este contexto, la Casa Blanca también intervino. Su médico personal afirmó el lunes que Biden fue examinado por un especialista en la enfermedad de Parkinson solo como parte de pruebas neurológicas rutinarias durante su examen médico anual.

“¿Ha sido tratado el presidente por el Parkinson? No. ¿Está siendo tratado por Parkinson? No, no lo está siendo. ¿Está tomando medicación para el Parkinson? No”, sostuvo la portavoz de la Casa blanca, Karine Jean-Pierre.

Biden se dirigirá a los líderes de la OTAN a las 17H00 (21H00 GMT) en un discurso seguido de cerca tanto a nivel nacional como por los aliados internacionales que temen el regreso del aislacionista Trump.

Por ahora, los esfuerzos de Biden no lograron convencer al consejo editorial del periódico The New York Times.

En un artículo mordaz, la junta directiva estimó que los demócratas "deben decirle la pura verdad".

"Tienen que decirle que su desafío amenaza con darle la victoria al señor Trump. Tienen que decirle que se está poniendo en ridículo y poniendo en peligro su legado", insiste el diario.

Biden sigue a la zaga en las encuestas y la atención de los medios ahora se centra en sus debilidades, en lugar de en su rival, Trump, condenado por la justicia y con varios cargos pendientes.

El propio Trump rompió días de silencio desde el debate declarando a Fox News el lunes que cree que Biden resistirá la presión y permanecerá en la carrera.

"Tiene un ego y no quiere renunciar", consideró el expresidente de 78 años.

Demócratas se reúnen para hablar de Biden

Los congresistas demócratas sopesan este martes en una reunión si el presidente de Estados Unidos, Joe Biden debe seguir en la carrera para su reelección tras el desastroso debate contra el republicano Donald Trump.

Entre tanto el presidente, de 81 años, se centrará en reforzar su reputación internacional con un discurso en la cumbre por el 75º aniversario de la OTAN en Washington.

El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, se reunió con colegas que temen que el caos provocado por el debate, en el que Biden perdió el hilo de lo que decía varias veces y se mostró confundido, ponga en peligro sus escaños en las elecciones de noviembre.

Jeffries, que dijo el lunes que todavía apoya al asediado presidente, reunió a todo el grupo demócrata.

La tensión es palpable. Según los medios estadounidenses, los teléfonos están prohibidos para evitar filtraciones en tiempo real.

Los demócratas del Senado también debatirán sobre la candidatura de Biden en un almuerzo habitual el martes.

Hasta ahora, la mayoría de los demócratas han respaldado públicamente a Biden, pero el partido sigue dividido tras el debate catastrófico seguido por unos 51 millones de estadounidenses.

"Sencillamente tiene que dimitir", dijo a CNN el demócrata de la Cámara de Representantes Mike Quigley, de camino a la reunión.

Sin embargo, Jerry Nadler, el demócrata de mayor rango en el comité judicial de la Cámara de Representantes, respaldó a Biden a pesar de que, según la prensa, hace unos días opinó que debía dejar paso a otro candidato.

"Dijo que seguirá (en la carrera), es nuestro candidato y todos vamos a apoyarlo, ojalá todos lo apoyemos", declaró a periodistas.

La crisis ha levantado ampollas en el partido cuando faltan menos de cuatro meses para los comicios.

"No creo haber estado nunca en un ambiente político más complicado en mi vida", reconoció el senador John Hickenlooper en un desayuno de trabajo para la cumbre de la OTAN.

Publicidad