Cuando se le preguntó su nombre completo, el hijo de cuatro años de Manuela Magalhães, nacida en Salvador de Bahía (Brasil) y arraigada en Italia durante más de una década, no dudó en mencionar sus dos apellidos: el del padre, italiano, y el de la madre, brasileño.

Pero su certificado de nacimiento no concuerda. Esto a causa de una prácticaque se originó en el Imperio Romanosegún la cual todos los niños nacidos en Italia reciben de forma automática sólo el apellido paterno, incluso si este no es el deseo de los padres.

Por petición de estos, la BBC no dio a conocer el nombre del niño.

Actualmente, la práctica se basa en varios artículos del Código Civil y dos decretos, uno promulgado en 1939 por el entonces rey del país y otro por el presidente en el año 2000.

"Después de su nacimiento, lo registramos en la oficina y el recepcionista se negó a incluir mi apellido", dijo Manuela, de 37 años y quien tiene la doble nacionalidad, a BBC Brasil por teléfono desde Génova, donde vive.

Ella y su marido, el abogado italiano Marcello Galli, decidieron entonces ir a la corte.

Con la ayuda de una amiga de la familia, la también abogada italiana especializada en derechos de la mujer Susanna Schivo, la pareja se metió de lleno en una batalla legal que duró cuatro años.

"Inconstitucional"

El 8 de noviembre, en una decisión sin precedentes, la Corte Constitucional en Roma declaró la norma "inconstitucional".

No obstante, todavía están a la espera de que la corte dictamine si los niños pueden tener el apellido materno en vez del paterno o tienen derecho a utilizar los dos.

La decisión afectaría a los nacidos a partir de la fecha de la publicación del dictamen, que saldrá a finales de este mes.

Para los nacidos antes de esa fecha, los padres tendrán que ir a la corte si quieren cambiar el apellido de sus hijos.

"Tan pronto como se publique, iremos a la oficina de registro para cambiar el nombre de nuestro hijo", asegura Manuela.

En 2014, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos había pedido un cambio en la ley italiana, después de encontrarla "patriarcal y discriminatoria".

Para Manuela, es "un avance histórico para los derechos civiles en Italia".

"Nuestro nombre es nuestra identidad social. Esta victoria es un reconocimiento del papel de la madre en la sociedad italiana. ¿Por qué las mujeres no deben estar representadas en el nombre de su hijo?" se preguntó ella.

"Además, en mi caso se trataba de una cuestión intercultural, ya que soy brasileña y mi marido, italiano. En Brasil, mi hijo tiene los dos apellidos y aquí, no", dice.

Hace 40 años un legislador italiano elaboró un proyecto de ley para modificar la norma. La propuesta llegó a ser validada por la Cámara de Diputados, pero fue detenido por el Senado.

Otras parejas también han tratado de seguir el mismo camino que Manuela apelando a los tribunales, pero sin éxito.

Ella dice que el siguiente paso es un cambio en la ley.

Pero hasta que eso ocurra, Manuela está dedicada a una campaña para informar a las parejas sobre su victoria en la corte.

"Quiero sensibilizar a otras parejas de la importancia de que el niño lleve el apellido de la madre, si este es el deseo de los padres, por supuesto. Mi marido y yo queremos transmitir este concepto de familia democrática", dice.

"Es importante que los niños entiendan que las mujeres deben ser tratadas en igualdad de condiciones que los hombres", añade.

Reacciones

Manuela, que lleva 13 años viviendo en Italia, donde se trasladó cuando su marido ganó una beca financiada por el gobierno de ese país, dice que han recibido el apoyo "de hombres y mujeres."

"Es importante que los hombres se den cuenta de que esto no es sólo una lucha de las mujeres, sino también de ellos. He recibido mensajes por correo electrónico, llamadas telefónicas y solicitudes de entrevistas de toda la prensa italiana. Muchos extraños nos felicitaron por la victoria", añadió.

"Este logro no es sólo mío y de mi marido, sino de toda la sociedad italiana", concluyó.

Casos similares

En otros lugares del mundo también se han hecho cambios con respecto a la filiación de los hijos.

Por ejemplo, en Argentina, en 2015 el nuevo Código Civil, estableció que el apellido del padre ya no tiene prioridad.

Ahora la madre está en igualdad de condiciones para decidir qué apellido usará su bebé y, en caso de elegir ambos, cuál va primero.

De esta manera se legitimó un derecho que hasta ahora sólo se podía conseguir con una demanda judicial o engorrosos trámites administrativos.

Por otro lado, este año, una mujer logró que un tribunal de Puebla (México) emitiera una orden judicial para que su apellido apareciera en primer lugar en el acta de nacimiento de su hija.

Jessica Reinah Serrano, madre soltera, registró con sus apellidos a su hija Amelie al nacer, pero año y medio después el padre hizo el reconocimiento legal sin notificarle, por lo que el apellido de ella pasó a segundo lugar.

El Código Civil de Puebla permite realizar este trámite.

Al enterarse de lo sucedido decidió interponer un amparo ante un juzgado federal en Puebla "para recuperar la identidad" de su hija.

"Vi que había un caso de desigualdad y un tema de discriminación en cuestión de género, puesto que el hombre y la mujer ante la ley tenemos los mismos derechos y obligaciones", expuso.

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