Ese incipiente proceso de restabilización de relaciones que inició el pasado 17 de diciembre el Presidente Barack Obama, tras más de cinco décadas de hostilidades entre Estados Unidos y Cuba, se formalizó este lunes con el izamiento de la bandera cubana en el número 2630 de la calle 16 en Washington D.C.

Esa bandera "de la estrella solitaria", que a partir de ahora se lucirá orgullosa en la sala de la sede diplomática, es la misma que mandó a bajar el 3 de enero de 1961 el Presidente Dwight Eisenhower, para marcar el quiebre de relaciones entre La Habana  y Washington.

Ese día, hace más de cinco décadas atrás, Héctor García Soto recibió la orden de arriar la bandera cubana de la sede diplomática. García, un patriota empedernido que por muchos años luchó por Cuba, tomó ese día la decisión de conservar él mismo la bandera de su país. Y celosamente la guardó por muchos años. 

Para él, siempre tuvo un fuerte "sentimiento patriótico" y "sentido de nación". Sin embargo, en su penúltimo viaje a la isla decidió donarla junto a otros objetos históricos al Museo de Las Tunas, ubicado en la provincia del mismo nombre. 

En ese lugar, el icónico símbolo que marcó el inicio de una época de hostilidades, fue guardado y curado por el historiador cubano Eusebio Leal Spengler, el mismo que este lunes estuvo entre los invitados a la ceremonia de izamiento, para ver el símbolo de su país ondear nuevamente en el cielo de Washington.

El historiador sabe que García Soto verá con orgullo su bandera izarse una vez más en la sede diplomática. "Sé que va a ser una gran satisfacción para Eusebio, para su familia y para las Tunas", admitió Leal Spengler a Cuba Debate el domingo pasado desde el Hotel Washington. "No me atrevería como hombre de Museos y de Patrimonio proponer que ondee y se deshaga la bandera en el aire, sino que va a estar en el salón principal de la planta superior de la hermosa sede de la embajada de Cuba". 

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