Investigadores del Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguraron que aún no han encontrado ninguna evidencia de que los alborotadores que asaltaron la sede del Congreso la semana pasada tuvieran la intención de capturar y matar a algún legislador.
En un expediente judicial de Arizona el viernes en el caso de Jacob Chansley, del movimiento de conspiración QAnon, los fiscales federales se retractaron de una afirmación anterior de que los partidarios del presidente Donald Trump planeaban "capturar y asesinar a legisladores" en el asedio del 6 de enero al Capitolio, en Washington.
En una anterior deposición ante el tribunal, los fiscales habían invocado ese proyecto de asesinato para evitar que se le concediera la libertad bajo fianza a Chansley, alias Jake Angeli, visto en todo el mundo en fotografías en donde aparecía sin camisa, llevando un tocado con cuernos y una lanza dentro del Capitolio.
Pero el viernes los fiscales de Arizona retiraron esa afirmación ya que el Departamento de Justicia dijo que, a pesar de los llamados durante el ataque para capturar a ciertos legisladores y matar al vicepresidente Mike Pence, no se había encontrado todavía ninguna evidencia que apoyara un esfuerzo serio para hacerlo.
"No hay evidencia directa en este momento de equipos para capturar y asesinar" a congresistas, dijo a los reporteros el viernes Michael Sherwin, el fiscal federal de Washington DC que supervisa la investigación del ataque al Capitolio.
El Capitolio permanece fuertemente aislado antes de la inauguración de Joe Biden como presidente el 20 de enero, y los funcionarios de seguridad mantienen su preocupación por posibles ataques violentos durante el evento.