El 31 de octubre, Nara Ludmila Flores fue hallada sin vida al interior de su hogar en la localidad de Florencio Varela, en la ciudad de Buenos Aires. Todo parecía apuntar a que la joven de 19 años había perdido la vida en un incendio que se produjo en el lugar.

Sin embargo, la autopsia del cuerpo de Ludmila fue determinante para que el caso diera un vuelco, luego de que los forenses determinaran que el deceso se había producido a causa de un asesinato y no de un incendio.

La fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio n°2 de Florencio Varela, Mariana Dongiovanni, solicitó la autopsia del cuerpo donde se pudo establecer que la muchacha recibió siete puñaladas antes de que su victimario le prendiera fuego. A raíz de esto, la causa de su muerte se produjo por un shock hipovolémico y  un hemotórax, lo que le ocasionó un desangramiento por la heridas que recibió con el arma blanca.

Frente a estos hechos, agentes de la  6ª  Comisaría de Florencio Varela, detuvieron a un joven de 21 años, quien era el novio de Flores. El sujeto estaría acusado de un homicidio triplemente agravado. Esto, porque era pareja de la fallecida, por violencia de género, y por procurar su impunidad, dado que produjo un incendio en el lugar para borrar las evidencias del brutal femicidio.  

Según fuentes que cooperaron con la investigación desarrollada por la fiscalía, el sujeto tenía un comportamiento “súper posesivo, tóxico y violento”. 

Cabe destacar que según cifras oficiales entregadas por el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, las cifras de femicidio en el último año han aumentado en un 10,6% en el país trasandino.

En promedio, durante el 2023 en Argentina murió una mujer cada 35 horas, con un resultado de 250 víctimas directas de femicidio en el país.

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