El primer ministro Boris Johnson se presenta este miércoles ante los militantes del Partido Conservador, reunidos en congreso en Mánchester, prometiendo una gran reforma que, tras el Brexit, libere a la economía británica de su dependencia de mano de obra extranjera barata.
Ante las largas colas en las gasolineras, las estanterías vacías en los supermercados y las advertencias de los comerciantes de que se avecinan unas navidades sombrías, Johnson asegura que este dolor a corto plazo merece la pena y que se trata de un período de transición.
"Nos ocupamos de los problemas subyacentes más importantes de nuestra economía y nuestra sociedad", dirá Johnson en el discurso de clausura del congreso conservador en Manchester (noroeste).
"Los problemas que ningún gobierno ha tenido las agallas de abordar antes", argumentará, según extractos del discurso que se hicieron públicos.
Se trata de un "cambio de dirección que ha tardado demasiado" para la economía británica, según el primer ministro.
El Reino Unido debe abandonar un "viejo sistema roto" basado en "bajos salarios, bajo crecimiento, baja cualificación y baja productividad, todo ello posible y facilitado por una inmigración incontrolada", insistirá Johnson.
Antes del Brexit, las empresas británicas, transportistas incluidos, pudieron "mantener una inmigración de bajos salarios y bajos costos durante mucho tiempo".
El resultado para la productividad fue que "quedamos por detrás de nuestros principales competidores durante dos décadas o más", ya que las empresas no invirtieron, lamentó el martes el primer ministro en declaraciones a la prensa.
Desde que el Reino Unido abandonó definitivamente la Unión Europea en enero, Johnson y su ministro de Finanzas, Rishi Sunak, afirman defender una economía de "salarios altos y alta cualificación".
Pero la transición llevará tiempo y, mientras tanto, el gobierno conservador ha aceptado a regañadientes un número limitado de visas excepcionales de corta duración para atraer a camioneros y trabajadores avícolas, principalmente de Europa del Este.
Esta crisis de abastecimiento amenaza con eclipsar los temas en los que Johnson debía hacer hincapié en su discurso de clausura, como la promesa de reducir las enormes disparidades entre la riquísima Londres y el resto del país, impulsar la "Gran Bretaña global" tras el Brexit y la respuesta a las protestas de movimientos como el antirracista.
También debe hablar de la acción británica contra el cambio climático y de la necesidad de una coordinación global, antes de acoger a partir del 31 de octubre en la ciudad escocesa de Glasgow la cumbre climática COP26.
- Cambio climático relegado -
Recorriendo los estands de varios expositores presentes de la conferencia el martes, el primer ministro pedaleó sobre una bicicleta eléctrica, se subió a un tractor eléctrico y jugó con un rompecabezas para ensamblar una casa neutra en carbono.
Pero en el conjunto del congreso, el tema del cambio climático ha quedado relegado a un segundo plano.
Estuvo totalmente ausente del discurso de Sunak del lunes, cuando expuso su estrategia para enderezar las finanzas tras el covid.
Esta omisión es una "señal perjudicial" antes de la COP26, consideró Rebecca Newsom, responsable de políticas de Greenpeace en el Reino Unido. "Destinar más dinero a las infraestructuras verdes ahora ahorraría enormes costes más adelante y crearía millones de nuevos puestos de trabajo en todo el Reino Unido", afirmó.
Tampoco la ministra de Relaciones Exteriores, Liz Truss, hizo referencia al clima en su discurso del domingo, salvo una vaga promesa de apoyar un crecimiento "más verde" e "infraestructuras limpias" en los países en desarrollo.
En contraste, el Brexit ha sido un tema recurrente entre los delegados del partido de Johnson, convencidos de que los problemas actuales asociados al divorcio de la UE pasarán.
El ministro del Brexit, David Frost, fustigó las "ideologías contra el crecimiento" y de "persistente miserabilismo" de los militantes "antitransporte y anticoche".
Y la ministra del Interior, Priti Patel, aprovechó su discurso ante los militantes el martes para prometer una acción más dura contra los manifestantes proclima que durante semanas bloquearon recurrentemente carreteras en torno a Londres.
El primer ministro se burló incluso de los manifestantes calificándolos de "hippies irresponsables".
Pero el presidente de la COP26, Alok Sharma, nombrado por Johnson, negó que el partido estuviera olvidando el cambio climático.
"A veces la gente no percibe que los conservadores sean líderes en este tema", dijo este exministro de Empresas en Mánchester.
Pero "los colegas del gabinete entienden realmente por qué es de vital importancia hacer esto bien", afirmó. "Se trata de una oportunidad real, verdadera, de crear empleo, de crear crecimiento, de tener un país más sano, un planeta más sano", subrayó.