AFP

"Todo marcha viento en popa", aseguró a periodistas Iván Márquez, que encabezó la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en los diálogos de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, desarrollados en Cuba desde 2012. 

Miembros de las FARC llegados de toda Colombia al Caguán, su tradicional bastión en el sureste del país, están llamados a pronunciarse sobre lo negociado para acabar un conflicto que ha dejado unos ocho millones de víctimas, incluidos 260.000 muertos, en enfrentamientos entre guerrillas, paramilitares y agentes del Estado.

"Estamos sintiendo un respaldo muy fuerte a todo el trabajo que hemos realizado en La Habana. Es un apoyo total a lo que hemos logrado en la mesa de conversaciones", afirmó Márquez, visiblemente satisfecho por el desarrollo de la cita que sesionará hasta el próximo viernes en el remoto paraje El Diamante, en los Llanos del Yarí.

La Décima Conferencia Nacional Guerrillera reúne a puertas cerradas a 29 miembros del Estado Mayor Central de las FARC, encabezados por su líder máximo Timoleón Jiménez, 'Timochenko', y unos 200 delegados de las distintas estructuras rebeldes. 

"Las FARC están con la paz, las FARC están pensando en convertirse en un movimiento político legal. Estamos marchando por ese rumbo. Y hasta ahora lo que hemos escuchado es de total apoyo a lo que hemos convenido, al contenido del acuerdo final", enfatizo Márquez.

Las FARC, nacida de una sublevación campesina en 1964, cuentan con unos 7.000 combatientes, según estimaciones oficiales.

El pacto de 297 páginas estipula, además de pautas para el desarrollo agrario, solución al problema de las drogas ilícitas y participación política, el desarme de los guerrilleros y su reinserción social, así como el sistema especial de justicia al que podrán acogerse y su compromiso con reparar a las víctimas.

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