El principal negociador de Japón para la caza de ballenas prometió el martes hacer un mayor esfuerzo para convencer a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) del carácter científico del nuevo plan nipón de capturas en la Antártida.
El lunes, la instancia internacional solicitó a Tokio información para justificar los objetivos investigadores del nuevo plan de las autoridades japonesas, que prevén la captura de 333 cabezas en la Antártida.
"Respetamos esa petición y haremos todos los esfuerzos posibles para responder a ella", declaró el martes a la prensa Joji Morishita, que dirige las discusiones en nombre del archipiélago.
Tokio considera que la población mundial de ballenas, particularmente los pequeños cetáceos conocidos como ballenas de Minke, es lo suficientemente grande como para soportar esa cuota de caza anual.
Asimismo, asegura necesitar ese número de cetáceos para obtener información sobre la edad de la población de ballenas y así definir una cuota de capturas que no afecte a la supervivencia de la especie.
La Corte Internacional de Justicia, por su parte, estimó en marzo de 2014 que Japón hacía una interpretación abusiva de la excepción científica prevista por la moratoria de 1986 sobre la caza de cetáceos y perseguía en realidad objetivos comerciales.
Tokio debió renunciar a cazar en la Antártida en la temporada 2014-2015, aunque sigue cazando "en nombre de la ciencia" en el océano Pacífico.