El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó este miércoles que no descartaba "ir hasta el final" contra el movimiento islamista Hamás, si la opción disuasiva no da frutos, después de casi diez días de cruentos bombardeos.
"Solo hay dos posibilidades para hacerles frente: bien ir hasta el final, que es todavía una posibilidad, bien la disuasión, y actualmente estamos inmersos en una disuasión firme", dijo el primer ministro a embajadores en Tel Aviv.
"Debo decir que no descartamos ninguna opción", agregó.
"Lo que intentamos hacer es precisamente esto: reducir sus capacidades, sus medios terroristas, y disminuir su determinación", continuó.
"Esperamos poder restablecer la calma, y esperamos poder restablecerla rápidamente. Quiero decir que hacemos esto haciendo lo máximo para evitar las víctimas civiles", explicó.
Desde que empezó este nuevo ciclo de violencia, el 10 de mayo, al menos 219 palestinos -de ellos, 63 menores- han muerto por los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, según el Ministerio de Salud local. En Israel, los tiros de cohetes desde Gaza han causado 12 muertos, según la policía israelí.
El conflicto estalló con una andanada de misiles de Hamás, que gobierna en la Franja de Gaza, contra Israel en "solidaridad" con los cientos de manifestantes palestinos heridos en enfrentamientos con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este.
"Nosotros no hemos buscado este conflicto", insistió Netanyahu este miércoles, considerando que el aumento de la violencia se debía al aplazamiento de las elecciones legislativas palestinas, que debían celebrarse el 22 de mayo y que eran las primeras en quince años.
Hamás y Fatah, el movimiento laico que controla la Autoridad Palestina, con sede en Cisjordania ocupada, habían acordado convocar elecciones legislativas y presidenciales en 2021, tras años de hostilidad entre ambos bandos rivales, el primero islamista y el segundo laico. Pero el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, decidió postergar los comicios a finales de abril hasta que no se obtuvieran "garantías" de que estos también podrían celebrarse en Jerusalén Este.
"Hamás estaba seguro de ganar un poder considerable" en esas elecciones, consideró Netanyahu, que acusó al movimiento islamista de quererse aprovechar de los disturbios en Jerusalén Este "para incitar a la violencia y alcanzar así sus objetivos políticos".
"No nos esperábamos una conflagración así", añadió.
El último gran enfrentamiento entre Israel y Hamás fue en el verano de 2014. El conflicto, que duró 51 días, asoló la Franja de Gaza y causó la muerte de 2.251 palestinos, la mayoría civiles, y 74 israelíes, casi todos soldados.