El ejército de Israel continuó el lunes sus operaciones en la Franja de Gaza, tras afirmar que el ataque iraní del fin de semana no lo desviará de su objetivo de eliminar al movimiento islamista palestino Hamás.
"A pesar de los ataques de Irán, no hemos perdido de vista -ni por un instante- nuestra misión esencial en Gaza, que consiste en salvar a nuestros rehenes en manos de Hamás", declaró Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí.
Según el ejército, los rehenes secuestrados por Hamás en el ataque del 7 de octubre contra Israel están retenidos en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo estar decidido a lanzar una ofensiva terrestre contra esa ciudad, señalada como el último bastión de Hamás, pese a las advertencias de Estados Unidos y otros países, que temen un baño de sangre.
Según la ONU, cerca de millón y medio de gazatíes desplazados por la guerra se encuentran hacinados en Rafah, en su mayoría en campamentos improvisados.
Miles de ellos no aguantaron más el domingo y se echaron a la carretera que bordea el mar en dirección norte, haciendo caso a un falso rumor de que el ejército israelí permitía a los desplazados regresar a la zona.
"No se puede respirar"
"No podía quedarme más en el sur, hay demasiada gente. Allí no se puede respirar. Es terrible", contó una de ellas, Basma Salman.
Sin embargo, el portavoz militar israelí insistió en que "el norte de la Franja de Gaza aún es una zona de combate".
De hecho, varios gazatíes con los que habló la AFP aseguraron que les habían disparado durante su peregrinación al norte.
Nour, un hombre de unos 30 años, prefirió desandar su camino. "Disparaban a los hombres, así que tuve que volver. No queremos morir", explicó.
La guerra estalló a raíz del ataque de Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, cuando mataron a unas 1.170 personas, en su mayoría civiles, según datos oficiales israelíes.
También tomaron 250 rehenes, de los cuales 129 continúan en Gaza, incluidos 34 que se cree han muerto, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una ofensiva que ya dejó 33.729 muertos en Gaza, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud de Gaza.