La televisión estatal Iraní y otros medios afines al régimen aseguraron que 80 estadounidenses murieron en el ataque con misiles contra una base iraquí en represalia por la muerte del general Qasem Soleimani.
Durante la noche y en un lapso de media hora 22 misiles balísticos cayeron sobre las bases de Ain al Asad y Erbil, que albergan a militares extranjeros, entre ellos algunos de los 5.200 soldados estadounidenses desplegados en Irak.
"La precisión y severidad de los misiles lanzados fue tan alta y severa, que varios proyectiles destruyeron simultáneamente varios objetivos vitales para Estados Unidos", indicó Iran News, una agencia internacional de noticias ligada al régimen del Ayatolá Alí Jamenei.
"El ataque fue en respuesta al bombardeo terrorista con un drone días antes, que convirtió en mártir al comandante de las Fuerzas Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria, el general Qasem Soleimani", agrega el artículo.
Tras el ataque, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump aseguró en su cuenta de Twitter que "Ahora se están evaluando las víctimas y daños. ¡Hasta ahora todo bien!".
El líder supremo de Irán, el Ayatolá Alí Jamenei aseguró que el ataque fue "una bofetada en la cara" de Estados Unidos y pidió que la venganza contra el país norteamericano fuera aún más lejos. "La presencia corrompida de Estados Unidos en la región debe terminar", agregó el líder iraní.
"No retrocedermos" dijo el primer ministro de la república islámica, Hasán Rohaní.
"Nuestra respuesta final al asesinato de Soleimani será la expulsión de todas las fuerzas estadounidenses en la región", dijo en su cuenta de Twitter.
El ataque fue condenado rápidamente por la Unión Europea, que lo calificó como una "escalada", sin embargo, el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, dijo que su país no está buscando una guerra. El canciller agregó que las represalias de la noche del martes al miércoles fueron "proporcionadas" y se daban por "terminadas".