Irán dijo a primera hora del miércoles (noche del martes en Chile) que su ataque con misiles contra Israel había terminado, salvo que haya una nueva provocación, mientras que Israel y Estados Unidos prometieron tomar represalias, lo que avivaba el temor a una guerra más amplia.
Washington dijo que trabajaría con Israel, su aliado, para asegurarse de que Irán enfrente "graves consecuencias" por el ataque del martes.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas programó una reunión sobre Oriente Próximo para el miércoles, y la Unión Europea pidió un alto el fuego inmediato.
"Nuestra acción ha concluido a menos que el régimen israelí decida invitar a nuevas represalias. En ese escenario, nuestra respuesta será más fuerte y poderosa", dijo el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi, en una publicación en X a primera hora del miércoles.
A primera hora del miércoles, (noche del martes en Chile, Israel reanudó sus bombardeos sobre los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, con al menos tres ataques contra lo que dijo que eran objetivos pertenecientes al grupo.
Se veían grandes columnas de humo saliendo de algunas partes de los suburbios e Israel emitió nuevas órdenes de evacuación de la zona, que se ha vaciado en gran medida tras días de intensos ataques.
En su mayor golpe militar contra Israel, Irán disparó el martes más de 180 misiles balísticos, según Israel. Las sirenas sonaron en todo el país y las explosiones sacudieron Jerusalén y el valle del río Jordán, mientras se ordenaba a toda la población que se refugiara.
No hubo heridos en Israel, pero un hombre murió en Cisjordania ocupada, informaron las autoridades.
Irán describió la campaña como defensiva y dirigida únicamente contra instalaciones militares israelíes. La agencia de noticias estatal iraní afirmó que tres bases militares israelíes habían sido atacadas.
Teherán dijo que su ataque respondía a los asesinatos israelíes de líderes militantes y a la agresión en Líbano contra el movimiento armado Hezbolá, respaldado por Irán, y en Gaza.