AFP
Los recelos estadounidenses sobre los planes de defensa europeos y la tensión entre Washington y Ankara por el impacto de la operación turca en Siria en la lucha antiyihadista protagonizan desde este miércoles una reunión de ministros de la OTAN.
"Sería un completo sinsentido que la OTAN y la Unión Europea (UE) empezaran a competir", dijo el martes a la prensa el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, haciéndose eco de las inquietudes del principal miembro aliado, Estados Unidos.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca supuso un estímulo para la organización transatlántica, a cuyos miembros urgió a cumplir con su compromiso de aumentar el gasto militar a un 2% del PIB nacional y a implicarse más en la lucha antiterrorista.
En la estela de este mayor gasto militar, la UE, 22 de cuyos miembros pertenecen a la OTAN, lanzó en diciembre una Cooperación Estructurada Permanente (Pesco) entre la mayoría de países, que busca relanzar el viejo sueño de una Europa de la Defensa.
Pero el impulso europeo, que busca desarrollar la investigación y la adquisición de material militares, inquieta en Estados Unidos, que teme "una retirada de recursos o capacidades" a la OTAN, dijo Katie Wheelbarger, alta responsable estadounidense de Defensa, antes de la reunión.
Los europeos subrayan en cambio los beneficios para la organización transatlántica de un refuerzo de la defensa en la UE. "Existe una complementariedad con la OTAN. Los europeos no buscan una duplicación inútil", según un diplomático europeo en Bruselas.
Para otra fuente diplomática en Bruselas, los recelos se resumen a una cuestión de dinero, ya que, con la Pesco, los estadounidenses temen que se limite "su acceso al mercado de la defensa" de los países de la UE en beneficio de la industria europea.
"Si quieren participar en la Pesco en nivel de igualdad, hace falta una relación de igual a igual, porque un país europeo no puede suministrar material de defensa al mercado americano", agregó.
La embajadora estadounidense en la OTAN, Kay Bailey Hutchinson, aumentó la presión el martes contra un eventual plan "proteccionista" de la UE, advirtiendo de las consecuencias para la unidad de la Alianza de excluir las empresas de defensa de su país.
Operación turca
Los aliados abordarán la iniciativa de la UE durante una cena de trabajo el miércoles con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Stoltenberg ya avanzó que existen "diferencias de punto de vista", pero no una "falta de confianza".
Otro de los asuntos peliagudos que sobrevolaran la reunión de dos días es la ofensiva de Turquía en el norte de Siria contra las fuerzas kurdas -aliadas de Washington- y que, para el secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson, debilita la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Esta ofensiva es "un asunto de preocupación para la OTAN", reconoció una fuente diplomática, que rechazó una eventual solución en el seno de la Alianza.
"La cuestión se resolverá de manera bilateral", entre Estados Unidos y Turquía, agregó.
Bailey Hutchinson subrayó que Turquía sigue siendo un importante aliado y que ambos lados intentan solucionar la disputa.
El secretario estadounidense de Defensa, Jim Mattis, se reunirá en Bruselas con su par turco y Tillerson viajará próximamente a Ankara.
La reunión de dos días también servirá para abordar los cambios en la estructura de mando de la OTAN, con la creación de dos cuarteles generales de mando en Estados Unidos y Alemania, para adaptar la Alianza a los desafíos del siglo XXI, en un contexto de temor sobre la firmeza de Rusia.