Las autoridades de India ejecutaron este viernes en la horca a cuatro hombres responsables por la violación colectiva y tortura de una mujer en un autobús en Nueva Delhi en 2012, un caso que había generado una oleada global de indignación.
Los cuatro condenados fueron ahorcados al amanecer en la cárcel de Tihar, informó el director de esa prisión, Sandeep Goel, en el primer caso de aplicación de la pena capital en India desde 2015. "Todos los condenados fueron ahorcados a las 5:30 am", se limitó a comentar el funcionario.
El brutal ataque contra la joven Jyoti Singh provocó semanas de manifestaciones y destacó las alarmantes tasas de violencia sexual y la difícil situación de las mujeres en la India. La pena capital parece disfrutar de un amplio apoyo en la mayor democracia del mundo, y la ejecución provocó pequeñas celebraciones fuera de la prisión en la mañana del viernes.
"Mi hija obtuvo justicia"
"Estamos satisfechos de que finalmente mi hija obtuvo justicia después de siete años", dijo a periodistas la madre de la víctima, Asha Devi. "Las bestias han sido colgadas", añadió. Singh, de 23 años, regresaba a casa luego de ir a un cine con un amigo en la noche del 16 de diciembre de 2012 cuando ambos abordaron un autobús en Nueva Delhi, pensando que los llevaría a casa.
Pero se cruzaron con cinco hombres y un joven de 17 años, quienes a golpes dejaron inconsciente al joven y arrastraron a Singh a la parte trasera del autobús, donde la violaron y torturaron con una vara de metal. La joven, una estudiante de fisioterapia, y su amigo fueron arrojados a la carretera. Singh alcanzó a identificar a los responsables, pero murió 13 días después en un hospital de Singapur por lesiones internas masivas.
"Una niña decente no deambula a las 9 de la noche", se justificó posteriormente uno de los autores en un documental de la red británica BBC que provocó tal escándalo que India que resultó prohibido.
De acuerdo con datos oficiales, casi 34.000 violaciones se reportaron en India en 2018, aunque analistas consideran que ese número es apenas la punta visible del iceberg, y muchas más mujeres están demasiado asustadas para presentar una denuncia. Se estima que en la actualidad hay 150.000 casos por violaciones que arrastran lentamente en el sistema judicial indio.