Las autoridades de Corea del Sur no han logrado enfrentar adecuadamente los crímenes sexuales digitales contra las mujeres, que han proliferado y tienen un impacto devastador en las víctimas, dijo Human Rights Watch (HRW) este miércoles en un informe.
Corea del Sur es la 12ª mayor economía del mundo y una potencia tecnológica, pero también es una sociedad patriarcal con un pobre historial en materia de derechos de las mujeres.
Los crímenes sexuales digitales, o compartir imágenes íntimas sin consentimiento, son un problema masivo en el país, donde también son comunes los "molka" o videos grabados en secreto en sitios púbicos, así como el "porno de venganza", como se conoce la difusión de videos sexuales privados por exparejas molestas.
Las autoridades "en el sistema penal legal, la mayoría de los cuales son hombres, a menudo parecen no entender o no aceptar que estos son crímenes muy serios", dijo la autora del estudio de HRW, Heather Barr.
En 2019, casi 45% de los casos de crímenes sexuales digitales fueron descartados por los fiscales, comparado con 19% de los casos de robos y 27,7% de homicidios, según el informe.
Incluso cuando se dieron condenas, la organización encontró que el año pasado casi 80% de los infractores recibieron "una sentencia suspendida, una multa o una combinación de ambas".
"Los crímenes sexuales digitales se han vuelto tan frecuentes y tan temidos (...) que afectan la calidad de vida de todas las mujeres y niñas", aseguró Barr.
Las "spycam" se han vuelto tan comunes que policías femeninas deben inspeccionar regularmente los baños públicos, y varias mujeres le dijeron a HRW que prefieren no usar servicios sanitarios públicos.
Una mujer que habló con Barr dijo que un colega masculino le obsequió un reloj que ella puso en su habitación, pero luego descubrió que el aparato había estado transmitiendo imágenes por más de un mes.
Las víctimas a menudo sienten una profunda vergüenza y un número alarmante dijo a HRW que llegaron a considerar el suicidio.
Según Barr, "opiniones dañinas ampliamente aceptadas" sobre las mujeres y las niñas son la causa del fenómeno.
El gobierno "no ha enviado un mensaje claro y firme de que hombres y mujeres son iguales", agregó.