AFP

La tensión social en Argentina por la recesión encontrará esta semana su catarsis con huelgas de alcance nacional y marchas callejeras de protesta en desafío a las políticas económicas y laborales del presidente Mauricio Macri.

Para colmo, el malhumor se acrecentó en un país tan futbolero como el argentino por una huelga de jugadores que impidió este fin de semana reanudar los torneos por falta de pago de salarios en los últimos 4 o 5 meses.

Las tres centrales obreras, los movimientos sociales y los partidos opositores marcharán el martes hacia el ministerio de Producción para reclamar mejores salarios y el fin de la ola de despidos por cierres de fábricas, a 15 meses de haber asumido Macri.

El presidente, en cambio, se muestra optimista y dijo el 1 de marzo ante el Congreso que la economía "está mejorando" con aumento de las exportaciones de cereales y frutas.

Una huelga nacional de decenas de miles de maestros y profesores impedirá el inicio de las clases para millones de alumnos el lunes y el martes. Los trabajadores estatales también paralizarán tareas por 48 horas.

Un paro de organizaciones femeninas está convocado para el miércoles, Día Internacional de la Mujer, contra la discriminación laboral, la violencia machista, el patriarcado y los feminicidios.

"La semana presenta un fuerte desafío social para el gobierno, por la acumulación de movilizaciones y protestas", dijo a la AFP el politólogo Rosendo Fraga, de la consultora Nueva Mayoría.

La situación "ha provocado que una parte importante de la ciudadanía perciba a (la alianza gobernante) Cambiemos como un gobierno de derecha, insensible o de ricos para los ricos", dijo a la AFP el sociólogo Sergio Morresi, de la estatal Universidad de General Sarmiento.

Acusado en la justicia por dar favores económicos a empresas de su rica familia, Macri alega ser inocente. Este año es clave porque enfrenta las elecciones legislativas de medio término.

Malos índices

"En marzo el inocultable conflicto social sale a la calle también con los movimientos sociales, el Partido Justicialista (peronista) y el kirchnerismo (por los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner)", dijo a la AFP el economista Pablo Tigani, de la consultora Hacer.

A la movilización de las centrales obreras se pliega el martes el transporte. La central de pequeños y medianos empresarios CAME adhiere a la marcha, en un hecho inédito en las últimas décadas.

El telón de fondo es una economía tambaleante. El Producto Interior Bruto (PIB) cayó 2,3% en 2016 según estudios oficiales preliminares. En diciembre subió 1,6% respecto de diciembre, pero en la medición interanual cayó 0,1%.

El consumo interno sigue cayendo, al igual que las exportaciones por los problemas del vecino Brasil. El déficit fiscal terminó 2016 en 4,6% del PIB.

El deterioro de los salarios por efecto de una inflación cercana al 40% en 2016 y decena de miles de despidos empujó aún más la caída del consumo.

Las economías regionales crujen y los productores han regalado leche, yerba, verduras y frutas en la histórica Plaza de Mayo para pedir auxilio mientras denuncian el abandono del gobierno.

 A tribunales 

Fraga comentó que las declaraciones oficiales de que "la recesión ha terminado, cuando en realidad la economía está cayendo menos, corren el riesgo de chocar con una percepción social diferente tras cinco trimestres de recesión".

Morresi dijo que ante el Parlamento, Macri "optó por un tono partidista en el que enfatizó la confrontación entre su gobierno y el kirchnerismo con la esperanza de salir mejor parado de la comparación". Fue la clave de su triunfo electoral.

Cristina Kirchner debe presentarse el martes ante la justicia por supuestos fraudes con la empresa familiar. También están citados sus hijos, Máximo y Florencia. El gobierno confía en que las miradas confluyan sobre los Kirchner y no en la tensión por las protestas.

Publicidad