El hospital infantil británico Great Ormond Street anunció el viernes que examinará nuevas posibilidades para tratar a un bebé gravemente enfermo, tras las intervenciones del papa Francisco y del presidente estadounidense Donald Trump.
El hospital tenía previsto dejar de mantener en vida al bebé, Charlie Gard, tras una decisión de justicia a la que se habían opuesto los padres.
"Dos hospitales internacionales y sus investigadores nos indicaron en las últimas 24 horas que había nuevos elementos para tratamiento experimental que habían propuesto" explicó el hospital en un comunicado.
El hospital Great Ormond Street, donde el pequeño está ingresado, había pedido permiso para desconectarlo con el fin de darle cuidados paliativos.
Los padres del pequeño, Connie Yates y Chris Gard, batallaron en las cortes para mantenerlo con vida y llevarlo a Estados Unidos para que reciba un tratamiento.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) autorizó sin embargo el 27 de junio desconectarlo de la ventilación artificial, avalando la decisión de la justicia británica.
El bebé, nacido el 4 de agosto de 2016 en Londres, padece una enfermedad genética llamada síndrome de depleción del ADN mitocondrial. Se trata de una condición poco frecuente, de la cual él tiene la variante más severa y rara.
Sólo hay 16 casos registrados en todo el mundo. Y no existe cura.