AFP
A la hora exacta en que hace 21 años una bomba mató a 85 personas e hirió a 300 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), la comunidad judeo-argentina rindió homenaje el viernes a las víctimas y reclamó enjuiciar a sospechosos iraníes por el atentado aún impune.
Como ocurre desde 1994, frente a la reconstruida sede de la AMIA, el presidente de la Federación de Comunidades Judías, Ariel Cohen, reclamó al gobierno que "se tomen medidas para que los imputados iraníes sean sometidos a la justicia".
"No podemos pactar con los asesinos", dijo Cohen en el acto oficial que comenzó con el sonido de una sirena.
Cohen rechazó todo tipo de entendimiento con Irán, a cuyos exgobernantes la justicia argentina imputó el atentado, aunque nunca pudo interrogar a los acusados, entre ellos el expresidente Ali Rafsanjani.
Otros tres actos similares fueron organizados en plazas de Buenos Aires por entidades de familiares de las víctimas que discrepan con las posturas políticas de AMIA y con los líderes de la mayor colectividad judía de Sudamérica, con 300.000 miembros.
A diferencia de la AMIA, los familiares entienden que podrá echar luz en el caso el juicio que comenzará el 6 de agosto por encubrimiento en contra del expresidente Carlos Menem (1989-1999) y el exlíder comunitario judío Rubén Beraja, entre otros.
La fiscalía acusa a Menem, a Beraja y a otros exfuncionarios políticos y judiciales, de complicidad para ocultar pruebas y plantar pistas falsas motivados en confrontaciones de la política interna argentina de aquellos años.
Iara, una hija del fiscal
"Entiendo el sufrimiento que llevan hace 21 años, porque vi lo mucho que mi papá trabajó para que se haga justicia y escuché de él los detalles e historias de familias detrás del atentado", escribió en un mensaje Iara, una de las dos hijas del fallecido fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman.
Una locutora leyó la carta de Iara, de 15 años, ante la sede con miles de personas en la calle. Durante el minuto de silencio levantaron fotos de las víctimas.
Nisman fue encontrado muerto el 18 de enero pasado en misteriosas circunstancias, cuatro días después de denunciar a la presidenta Cristina Kirchner por presunto encubrimiento de los iraníes mediante un pacto con Teherán en 2013.
El acuerdo contemplaba formar una comisión internacional de juristas que llevase a los acusados al banquillo. Nisman dijo que Argentina acordó ese pacto a cambio de presuntas prebendas económicas. La justicia rechazó la imputación del fiscal por falta de pruebas.
Junto a Iara Nisman estuvo Sara Garfunkel, madre del fiscal y la primera persona en descubrir el cadáver dentro del baño de su apartamento.
En el piso del baño estaba la pistola que disparó la única bala que lo mató al perforarle la cabeza. El fiscal había pedido prestada el arma a uno de sus colaboradores judiciales, Diego Lagomarsino, único imputado en este caso.
Según los peritos forenses, Nisman se suicidó y hay pruebas de que nadie estuvo en el apartamento con él. Pero según los peritos de la familia, alguien lo obligó a arrodillarse y le disparó.
Pedido a Interpol
Cohen planteó en su discurso que "es necesario volver a reclamar a Interpol la efectiva vigencia de los pedidos de captura internacional que pesan sobre los acusados". Irán ha rechazado ser culpable.
"El 18 de julio de 1994 nos enfrentó con la peor cara de nuestra especie. 85 seres humanos asesinados por decisión de otros seres humanos. Pedimos a nuestro Gobierno que vuelva a la postura valiente que mantuvo durante años, y que redoble los reclamos en el máximo nivel internacional", pidió Cohen.
Los líderes de la colectividad judía apoyaron la denuncia de Nisman contra Kirchner por entender que no es posible acordar nada con un "estado terrorista". Un juez y una cámara declararon inconstitucional el acuerdo, pero el caso aún sigue su camino hacia un fallo final de la Corte Suprema.
La fecha exacta del aniversario es el sábado pero coincide con el Shabat, el día de descanso judío, y por ello todos los actos alusivos se adelantaron un día.