Semra Aysal, una mujer turca embarazada de siete meses, fue empujada por su esposo de 40 años, Hakan Aysal, a un precipicio en la provincia de Izmir, en Turquía, mientras se encontraban de vacaciones. La intención del hombre, según denunció el fiscal el pasado 8 de febrero, era cobrar el dinero de un seguro de vida.

La muerte de la mujer, quien cayó más de 300 metros y falleció al instante, ocurrió el 19 de junio de 2018. Dos años después, su esposo fue detenido y acusado de asesinato.

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La pareja se había estado tomando selfies en el acantilado antes del trágico desenlace. Él, según publicó el diario británico The Sun, negó ser responsable de la muerte de su mujer. “Después de tomar una foto, mi esposa guardó el teléfono en su bolso. Más tarde me pidió que le diera el teléfono. Me levanté y luego escuché a mi esposa gritar detrás de mí cuando me alejé unos pasos para sacar el teléfono de su bolso”, contó.

Sin embargo, la Justicia no cree la versión de que fue un accidente, sino que un crimen fríamente calculado. De acuerdo con los fiscales, Hakan tenía motivaciones económicas y “planeó el asesinato de su esposa contratando primero un seguro de accidentes personales en su nombre por un monto de 400 mil liras turcas (unos 57 mil dólares) en el que era el único beneficiario”.

“Se llevó a su esposa embarazada de siete meses al Valle de las Mariposas en Fethiye, donde se suponía que debían estar de vacaciones. Se sentaron allí durante aproximadamente tres horas durante las cuales el acusado esperó un momento en que no había gente alrededor” para tirarla al vacío, expone el acta de acusación, según complementó el medio turco Duvar.

Poco después, el viudo intentó cobrar el seguro, pero el banco se lo negó debido a la investigación en curso por la muerte de su esposa.

El hermano de la víctima, Naim Yolcu, contó en una entrevista que cuando fueron al Instituto de Medicina Forense para recoger el cuerpo junto a Hakan, él “ni siquiera parecía triste”.

Según el hermano, tras la muerte de Semra la familia se enteró de que el hombre había tomado tres créditos a nombre de su esposa, supuestamente para realizar deportes extremos como paracaidismo. Esto les llamó la atención, pues sabían que la mujer se oponía a los préstamos y que a él no le gustaban las alturas.

Frente a esto, el Tribunal Superior Penal de Fethiye determinó finalmente que Hakan permanezca en prisión preventiva por el asesinato premeditado de su esposa embarazada.

Según la organización turca “Vamos a detener el femicidio”, en 2020 hubo 300 femicidios en ese país, además de otras 170 muertes sospechosas de mujeres. En la mayoría de los casos, los asesinos eran esposos, parejas o ex parejas.

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