"He decidido cerrar el debate parlamentario, pero no me desviaré de los compromisos tomados tras los atentados de enero y noviembre para garantizar la seguridad del país".
El presidente de Francia, François Hollande, anunció hoy que renuncia al proyecto de ley que buscaba reformar la Constitución para incluir en ella el estado de emergencia y la posibilidad de despojar de la nacionalidad a los condenados por terrorismo.
La marcha atrás, según anunció en una breve declaración en el Palacio del Elíseo, se produce ante la falta de consenso que ha encontrado en la Asamblea Nacional y el Senado, y a la "hostilidad" demostrada por una parte de la oposición hacia ese proyecto, anunciado tras los atentados yihadistas que el pasado noviembre dejaron 130 muertos en París.
La pieza legislativa habría estado formada por dos partes: la primera contenía las condiciones en que podrá decretarse el estado de emergencia en Francia, mientras que en la segunda se fijaban las reglas bajo las cuales una persona puede ser despojada de la nacionalidad francesa en caso de ser condenada por terrorismo.
"He decidido cerrar el debate parlamentario, pero no me desviaré de los compromisos tomados tras los atentados de enero y noviembre para garantizar la seguridad del país y proteger a los franceses ante el terrorismo. Es mi deber y mi responsabilidad y la asumiré hasta el final y con la fuerza necesaria", dijo Hollande.
Tanto la Asamblea Nacional como el Senado habían reescrito el texto en primera lectura y las dos cámaras debían alcanzar una versión común antes de que el proyecto llegara a ser votado por el Parlamento reunido en Versalles en sesión bicameral.
Hollande admitió que no iba a ser posible alcanzar un compromiso en torno a la retirada de la nacionalidad y deploró "profundamente esa actitud", al destacar que ante la actual amenaza terrorista hay que "hacer todo para evitar las divisiones".
"El terrorismo islamista ha declarado la guerra a Europa, Francia, el mundo entero. (...) Esta guerra será larga", avanzó el presidente, antes de subrayar que esa cruzada requiere "a escala europea una acción determinada" y "una respuesta nacional a la altura de los desafíos".