El primer fin de semana de Donald Trump como presidente de EE.UU. comenzó con una confrontación abierta con los medios de comunicación de su país.
Funcionarios de su gobierno se enfrascaron en una guerra de palabras y cifras desde el sábado, cuando el propio Trump condenó la cobertura que los medios habían hecho de su toma de posesión el día anterior.
Y la disputa fue por la cantidad de asistentes, a partir de la publicación de dos fotos que contrastaban la asistencia de público en la ceremonia del viernes y a la de Barack Obama en 2009.
En las imágenes se evidenciaba que la asunción de Obama había convocado a mucha más gente a las calles de Washington DC que la de Trump.
Después del contundente mensaje de Trump contra la cobertura mediática, el jefe de gabinete de la Casa Blanca (uno de los cargos más importantes del gobierno), Reince Priebus, dijo: "Frente a esa obsesión por deslegitimar a este presidente, no vamos a sentarnos y dejarlo pasar".
"Este gobierno va a luchar con dientes y uñas, todos los días, contra este intento de deslegitimar las elecciones ", le dijo Priebus a la cadena Fox el domingo.
Luego vino el cruce de opiniones sobre cifras precisas de público, dado que no se difunde un numero oficial tras la ceremonia de toma de posesión.
Durante una visita a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) el sábado, Trump dijo que "parecían como un millón y medio de personas" las que habían llegado al National Mall, pero dio evidencia alguna que respaldara su afirmación.
Y calificó a los periodistas de algunas de "las personas más deshonestas del planeta" por publicar que habían sido muchas menos.
Por su parte, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que unas 720.000 personas se habían reunido el acto de asunción de Trump, pero también aclaró que "nadie" tenía los datos exactos de asistencia.
Los medios de comunicación reaccionaron.
The New York Times denunció que las reclamos de la Casa Blanca se basaban en "datos falsos" y agregó que eran "una llamativa exhibición de inventiva y agravios en el inicio de una presidencia".
Algunas cadenas estadounidenses como CNN y ABC consultaron registros históricos para refutar una a una las afirmaciones de Spicer.
"Hechos alternativos"
Pero tal vez la frase más controvertida en medio del debate entre Trump y los medios de comunicación de EE.UU. la dijo la consejera del gobierno Kellyanne Conway durante un programa de la cadenal NBC el domingo.
Cuando el presentador del programa Meet the press ("Encuentro con la prensa"),Chuck Todd le dijo a Conway que la presentación de Spicer había estado "llena de falsedades", ella respondió:
"Si nos vamos a referir en esos términos a nuestro secretario de prensa, creo que vamos a tener que replantear nuestra posición en este programa".
Pero el presentador insistió en cuestionar a Spicer sobre los datos de la asistencia en la toma de posesión.
"Él lo que hizo fue presentar hechos alternativos. No hay manera de contar las personas dentro de una multitud con exactitud", concluyó.
La noción de "hechos alternativos" esbozada por Conway fue duramente cuestionada.
"Los hechos alternativos no son hechos. Son falsedades", le replicó Todd.
A la vez, la asesora también citó otro hecho que generó fricción con los medios, cuando un reportero de la revista Time publicó de forma incorrecta que el busto del líder de los derechos civiles Martin Luther King había sido retirado de la Oficina Oval, donde funciona el despacho del presidente de EE.UU.
El reportero ya pidió disculpas por el error.
Fin de semana lleno de anuncios
- Conway le dijo a la cadena CBS que las 20 millones de personas que dependen de la cobertura médica conocida como "Obamacare" no se van a quedar sin atención durante la transición a un nuevo plan.
- Y agregó que Trump no va a entregar su declaración de impuestos.
- El jefe de gabinete, Reince Priebis, afirmó que la primera semana de Trump en el gobierno estará enfocada en temas de comercio, inmigración y seguridad nacional.
- El jefe de prensa, Sean Spicer, dijo que el presidente Trump se iba a reunir con su par de México, Enrique Peña Nieto, el 31 de enero y con la primera ministra británica, Theresa May, este jueves.
Varios medios de comunicación en Estados Unidos rechazaron la confrontación verbal con la Casa Blanca.
The Washington Post señaló que las "falsedades mostradas por la Casa Blanca evidencian que la tradicional manera de cubrir noticias sobre el presidente ha muerto".
Y agregó que, de ahora en adelante, los medios deberían ponerle menos atención a comunicados oficiales y, en vez de eso, enfocarse en investigaciones de fondo sobre la administración Trump.
La revista The Atlantic también mostró su preocupación por lo ocurrido y señaló en un editorial: "Si estás dispuesto a mentir sobre algo así de minúsculo, ¿por qué alguien debería creer lo que digas sobre algo grande e importante?".
Otro medio importante, Politico, llamó la atención sobre las graves consecuencias que tendría que el equipo de Trump continuara "teniendo una relación inestable y difícil con la verdad" y citando al senador demócrata Adam Schiff señalaron que eso "podría poner muchas vidas en riesgo".
"Este lenguaje combativo también se podría extender a temas importantes de gobierno y de seguridad nacional… lo que preocupa a muchos ", agregó el medio.
Otros datos
La batalla con las cifras no se redujo a la cantidad de asistentes al National Mall el pasado viernes 20 de enero.
El domingo Trump escribió en una de sus cuentas de Twitter (@realDonaldTrump) que la audiencia en televisión de la ceremonia de posesión había sido de 31 millones de personas, casi 11 millones más que las que vieron el segundo juramento de Barack Obama en 2013.
Sin embargo, esos datos - que fueron entregados por la firma Nielsen- son menores a los de 38 millones de personas que se pegaron al televisor para ver la asunción de Obama en 2009 y aún menos que los 42 millones que observaron la posesión de Ronald Reagan, en 1981.
Estas cifras siembran más dudas sobre la frase del secretario de Prensa de la Casa Blanca, quien dijo que "había sido la posesión con mayor audiencia en la historia".
Pero más allá de la batalla con los medios, Trump hizo también referencia a las multitudinarias marchas por los derechos de las mujeres y en contra de su gobierno que se realizaron en más de 600 localidades del país al día siguiente de su asunción.
"Estoy bajo la impresión de que acabamos de tener una elección, ¿por qué toda esta gente no votó?", escribió en Twitter.
Más tarde, sin embargo, escribió: "Las protestas pacíficas son un sello de calidad de nuestra democracia".