199 personas optaron por ser criopreservados con la esperanza de ser “revividos” en el futuro.
Según recogió Reuters, se trata de personas que fueron introducidas en tanques llenos de nitrógeno líquido. En muchos casos, se trata de pacientes enfermos terminales de cáncer, ELA u otras enfermedades que no tienen cura en la actualidad.
Todos estos casos están bajo el alero de la Alcor Life Extension Foundation, una organización sin fines de lucro ubicada en Scottsdale, Arizona, Estados Unidos.
El caso más joven de criopreservación es el de Matheryn Naovaratpong, una niña tailandesa de 2 años con cáncer terminal, quien fue “congelada” en 2015.
De acuerdo a lo recogido por el medio, el proceso de crioconservación comienza luego que una persona sea declarada legalmente muerta. El procedimiento incluye que la sangre y otros fluidos se eliminen del cuerpo del paciente y se reemplacen por productos químicos para evitar la formación de cristales de hielo dañinos.
En esa línea, los pacientes de Alcor se colocan en tanques, vitrificados a temperaturas extremadamente frías, y se mantendrán ahí “durante el tiempo que sea necesario para que la tecnología se ponga al día”, destacó Max More, director ejecutivo de Alcore.
El costo mínimo para un cuerpo es de $200.000 dólares (más de $194 millones de pesos chilenos) y de $80.000 (más de $77 millones de pesos) para el cerebro.