El hecho de que el autodenominado Estado Islámico (EI) se atribuyera un supuesto atentado contra el avión ruso que se desplomó en Egipto el sábado causó mucho revuelo. Sin embargo, esta versión no convence a los expertos.
La pregunta que todos ellos se han hecho desde que EI se confesó autor de la tragedia aérea es: ¿existe alguna evidencia para creer que la aeronave de Kogalymavia fue derribada por el grupo extremista?
Horas después de la caída del vuelo comercial ruso con 224 pasajeros a bordo sobre la península del Sinaí, el grupo Wilayat Sina, una filial egipcia de Estado Islámico, aseguró ser el responsable del incidente.
"Los soldados del califato pudieron derribar un avión ruso que sobrevolaba el Estado del Sinaí", señalaba el comunicado que circuló desde uno de los canales de EI en la aplicación de mensajería Telegram.
Incluso comenzó a difundirse un video con las imágenes de un avión echando humo mientras se precipita a tierra y una declaración en la radio de Wilayat Sina insistiendo en que se trataba de un atentado.
"Que sepan los rusos y sus aliados que no hay seguridad para ellos en la tierra de los musulmanes ni en sus espacios aéreos", afirmaba la declaración de la rama de EI.
El lunes, la aerolínea rusa señaló que "la única causa posible" del accidente eran "factores externos".
Sin embargo, nada de eso convence a los expertos y la versión fue rechazada desde el primer día tanto por autoridades rusas como egipcias.
Ningún impacto externo
Además del descarte de las autoridades gubernamentales, medios internacionales divulgaron una versión reservada de un miembro de la comisión que investiga el caso, según la cual no existió un impacto externo.
La fuente declinó dar más detalles y indicó que se trataba de resultados preliminares de las cajas negras recuperadas.
Por su lado, el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, dijo este lunes quen no existe "evidencia directa de terrorismo" en el desplome del avión.
Viktor Sorochenko, alto funcionario de aviación ruso, afirmó el domingo que el avión se despedazó en el aire, pero aclaró que eso no significaba que el avión habría sido víctima de un atentado.
El avión, un Airbus A321, despegó el sábado del centro turístico de Sharm el Sheikh, en Egipto, hacia la ciudad rusa de San Petersburgo.
22 minutos después de su partida, desapareció de los radares.
Los últimos registros señalan que comenzó a descender a una velocidad alrededor de 1.800 km por hora.
En la televisión rusa, la esposa del copiloto del avión, Sergei Trukhachev, contó que su esposo se había quejado por teléfono de la condición del avión, la cual "dejaba mucho que desear".
La comisión internacional de expertos todavía no anunció cuándo presentará sus conclusiones de lo que sucedió en la península del Sinaí.