La enorme capa de hielo de Groenlandia perdió 4,7 billones de toneladas en los útlimos 20 años, lo que también contribuyó a un aumento de 1,2 centímetros en el nivel de los océanos, según estudios daneses publicados durante esta semana.
Esta masa de hielo derretido se concentra en especial en las costas del territorio autónomo danés, según este estudio basado en observaciones satelitales del programa "Grace", específicamente entre abril de 2002 y agosto de 2021.
El Polar Portal, que agrupa a los institutos daneses del Ártico, aseguró que ese derretimiento registrado en las últimas dos décadas "contribuyó a elevar el nivel del mar en 1,2 centímetros".
El deshielo se acelera en el Ártico
El calentamiento global es especialmente alarmante en el Ártico, donde el deshielo se ha producido a un ritmo tres o cuatro veces superior al del resto del planeta, según los últimos estudios científicos.
El deshielo acelerado cerca de la costa se explica por el calentamiento de las aguas del Océano Ártico, que contribuyen "al menos tanto como el aire en la superficie" al declive de la capa de hielo de Groenlandia, afirmó un estudio publicado por la NASA a finales de enero.
Resultados nefastos, especialmente para zonas costeras
Según estimaciones de la NASA realizadas en 2019, el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia podría impulsar un aumento de 7 a 13 cm del aumento global del nivel del mar para el 2100, lo que tendrá resultados devastadores en diferentes puntos de planeta, especialmente las zonas costeras.
"Como regla general, por cada centímetro de aumento en el nivel global del mar, otros 6 millones de personas están expuestas a inundaciones costeras en todo el planeta", aseguró Andrew Shepherd, autor principal del estudio publicado en 2019 y científico climático de la Universidad de Leeds.
Groenlandia y la Antártida contienen el 99% de las reservas totales de agua dulce en todo el mundo. Si se derritiera totalmente la capa de hielo de Groenlandia, esto podría incrementar el invel del mar hasta al menos 7,4 metros. La Antártida, en tanto, de sufrir la misma consecuencia, podría elevar los niveles globales por sobre los 60 metros.