AFP
El gobierno británico desveló este lunes un plan contra el islamismo radical en las prisiones, que prevé sobre todo la prohibición de participar en las oraciones a los reclusos que defiendan creencias contrarias a los "valores británicos fundamentales".
El ministro de Justicia declaró que el extremismo en las cárceles es una amenaza creciente que debe ser tratada como una "urgencia".
"Los extremistas no pueden ser autorizados a atacar a los más vulnerables", añadió el ministro.
El gobierno indicó que va a utilizar todas las medidas a su disposición, incluyendo la separación de los terroristas más peligrosos y la población carcelaria ordinaria, para controlar su amenaza y evitar la propagación de ideologías peligrosas.
Ocho nuevas medidas se pondrán en práctica, incluyendo un mayor control de los capellanes y del ejercicio del culto, así como una revisión de la formación del personal de prisiones o la prohibición de la literatura extremista.
El gobierno indicó asimismo que creó un nuevo servicio, la Dirección para la Seguridad, el Orden y contra el Terrorismo, encargada de la aplicación del plan.