El gigante tecnológico Google reveló durante la tarde del lunes por primera vez pruebas que demuestran que varios operadores rusos utilizaron las plataformas de la compañía en un intento de interferir en las elecciones presidenciales de 2016, según publicó el diario The Washington Post. Los anuncios provienen al parecer de una fuente distinta a la de Facebook y Twitter, lo que supondría que las actividades que se le atribuyen a Rusia serían más amplias de lo sabido hasta ahora.

El gigante del Silicon Valley descubrió que agentes rusos que pretendían difundir desinformación entre las distintas plataformas de Google, como YouTube o Gmail, invirtieron decenas de miles de dólares en anuncios destinados a influir en el electorado, según reveló al diario una persona conocedora de la investigación.

Google no comentó por el momento las informaciones de forma directa. La empresa estadounidense señaló que tiene una estricta normativa para los anuncios políticos y que prohíbe el posicionamiento de anuncios según diferencias étnicas o religiosas. También señaló que se están investigando intentos de abuso del sistema.

Anuncios por un volumen de 100.000 euros

Según el Washington Post, se trataría de anuncios por un volumen de 100.000 euros (117.000 dólares). Sería la misma cantidad que supuestamente pagaron instigadores rusos en Facebook para la difusión de 3.000 publicaciones que, según la red social, podrían haber avivado las tensiones entre distintos grupos étnicos y sociales durante la campaña electoral de Estados Unidos. Esas publicaciones fueron mostradas a diez millones de estadounidenses.

El mismo grupo pagó también al sistema de anuncios de Twitter para que sus publicaciones llegasen a más usuarios. El Gobierno ruso rechaza las acusaciones y niega haber influido en la campaña electoral en la que ganó el republicano Donald Trump.

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