Horas de incertidumbre son las que vive Bolivia en medio de un referéndum constitucional que, si gana la opción afirmativa, posibilitaría un cuarto mandato de Evo Morales en el poder.
Por primera vez, dicen los analistas, la opción está cuesta arriba para el mandatario altiplánico. Con un 88% de los escrutinios, la opción "no" aventajaba a Morales por 7,4 puntos porcentuales.
Con ese contexto fue que este martes el vicepresidente del país, Álvaro García Linera, reiteró la versión de un "empate técnico" y llamó a esperar los conteos oficiales antes de establecer a un ganador.
Además, reconoció que "la diferencia es muy cercana, en tanto no haya ganador, no presionemos".
Asimismo, hizo una denuncia a la derecha opositora por "matonaje político" y señaló que "se está yendo a presionar y chantajear en el recuento de voto, la derecha va a intentar anular el voto campesino".
García Linera destacó el rol de la prensa, los organismos internacionales y los delegados de partidos para asegurar la transparencia del proceso. Y, finalmente, aclaró que "esperamos el recuento oficial del órgano electoral y aceptamos lo que diga el órgano electoral (…) respetamos, porque son las reglas del juego.