El primer ministro saliente Mario Draghi pasó el relevo el domingo a la posfascista Giorgia Meloni, en una ceremonia de alto valor simbólico en Roma, que la convirtió en la primera mujer en dirigir un gobierno en Italia.

El traspaso de poderes tuvo lugar en el Palacio Chigi, sede del gobierno situado a dos pasos del Parlamento. 

A su llegada a la alfombra roja instalada para la ocasión, Meloni, vestida con un traje negro y camisa blanca, pasó revista a la guardia de honor al son de una banda de música.

Visiblemente emocionada, fue recibida por Draghi, exjefe del Banco Central Europeo, que le dio la bienvenida y se reunió con ella durante casi una hora.

A continuación, Draghi, muy apreciado en la escena internacional, le hizo la entrega simbólica de la campanilla de plata usada para dirigir los debates en el Consejo de Ministros. 

Meloni, de 45 años, encabezará el gobierno más a la derecha que ha conocido el país desde su creación en 1946. El sábado, prestó juramento ante el presidente de la República, Sergio Mattarella.

Será la jefa de un ejecutivo conservador gracias a una coalición con la Liga, la formación ultraderechista y anti-inmigración de Matteo Salvini, y con la declinante Forza Italia de Silvio Berlusconi.

La dirigente romana obtuvo una histórica victoria en las elecciones legislativas del 25 de septiembre, tras recortar las aristas más polémicas de su partido, Hermanos de Italia. 

Estos comicios se convocaron de manera anticipada tras la dimisión de Draghi, que asumió como primer ministro en febrero de 2021, pero perdió el apoyo de sus socios. 

Después de la ceremonia, está prevista la primera reunión del Consejo de Ministros, dedicado principalmente a tareas administrativas.

El nuevo ejecutivo -- de 24 ministros, incluidas seis mujeres -- deberá lidiar con los numerosos desafíos que Italia tiene por delante, especialmente económicos.

Los márgenes de maniobra de Roma están limitados por una enorme deuda pública del 150% del Producto Interior Bruto (PIB), la proporción más alta de la zona euro después de Grecia.

El sábado, Meloni prometió trabajar de cerca con sus socios internacionales y su mensaje fue bien recibido en Bruselas, sede de la Unión Europea.

La presidenta de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, Ursula von der Leyen, dijo que esperaba una "cooperación constructiva" con su gobierno. En la misma línea se expresaron el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. 

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