Existe una remota posibilidad que una nave espacial nodriza de origen extraterrestre esté enviando pequeñas sondas para explorar los planetas de nuestro sistema solar, entre ellos, la Tierra, según sugiere un borrador firmado por un astrónomo de la Universidad de Harvard y el jefe de una oficina del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Esta idea fue propuesta por el académico de Harvard, Abraham -Avi- Loeb, reconocido por su controvertida propuesta de que Oumuamua, un misterioso objeto interestelar alargado que visitó y abandonó nuestro sistema solar en 2017, es en realidad una nave extraterrestre.

Esta teoría acaba de ser desestimada por un estudio dado a conocer este miércoles (22.03.2023). Aunque no es la primera vez que Loeb enfrenta las duras críticas de sus pares por sus propuestas "sin fundamentos".

En tanto, el otro exponente es Sean M. Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO, por sus siglas en inglés) del Pentágono estadounidense, fundada en 2022.

Sondas como "semillas de diente de león"

Seis meses antes de que el objeto Oumuamua cruzara por nuestro sistema solar, un pequeño meteorito de un metro de ancho llamado IM2 se estrelló contra la Tierra, objeto rocoso del cual también se ha propuesto un origen externo al sistema solar.

Si bien ambos objetos no están relacionados, los científicos especularon que "las coincidencias entre algunos parámetros orbitales de 'Oumuamua' e 'IM2' nos incitan a considerar la posibilidad de que un objeto interestelar artificial sea potencialmente una nave nodriza, que libere pequeñas sondas durante su paso cercano a la Tierra. Una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA".

Objetos muy pequeños para ser detectados

Estas sondas, que el experto califica como "semillas de diente de león" podrían "separarse de la nave nodriza por la fuerza gravitatoria del Sol, o por una capacidad de maniobra".

Los dos expertos estiman que estas semillas de diente de león tienen una función de exploración. Al ser tan pequeñas, estas podrían llegar a la Tierra sin ser detectadas por los telescopios disponibles, ya que no reflejarían suficiente luz solar.

"Estas sondas diminutas llegarían a la Tierra u otros planetas del sistema solar para su exploración, ya que la nave principal pasa a una fracción de la separación entre la Tierra y el Sol, tal como lo hizo Oumuamua antes de abandonar nuestro sistema", exponen los autores del borrador.

"Equipadas con una gran relación superficie-masa de paracaídas, las 'semillas de diente de león' tecnológicas podrían frenar en la atmósfera terrestre para evitar quemarse y luego perseguir sus objetivos dondequiera que aterricen", agregaron

Los alienígenas no estarían en la nave nodriza

La pareja de investigadores también cree que planetas de nuestro sistema solar como Marte, Venus o la Tierra podrían ser planetas interesantes para estudiar, especialmente nuestro planeta, por la presencia de agua líquida.

Sin embargo, también sugieren que en esta supuesta nave nodriza no habría tripulantes y que sería muy difícil que estos posibles extraterrestres puedan comunicarse con las sondas de exploración.

Una civilización que podría haberse extinguido

Incluso, y teniendo en cuenta de que hay muchas estrellas y planetas que se formaron millones de años antes que nuestro Sol, los autores proponen que esta civilización alienígena podría haberse extinguido, y haber enviado sondas antes de que se formara la Tierra.

Esto sería parecido a "revisar nuestro buzón en busca de algún paquete que se haya acumulado allí con el tiempo, aunque los remitentes ya no vivan", explicó Loeb.

Interés por objetos de origen artificial

Si bien es extremadamente difícil o improbable que estos dos investigadores puedan probar lo que sostienen en su borrador, lo cierto es que el Pentágono se ha mostrado interesado recientemente por los objetos voladores no identificados.

Desde la reciente fundación de la AARO, la oficina del Pentágono ha abierto más de 360 nuevas investigaciones sobre supuestos encuentros con Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por sus siglas en inglés) informados por personal militar estadounidense.

Es importante aclarar que el borrador, publicado el pasado 7 de marzo, aún no ha sido revisado oficialmente por sus pares, y que este no corresponde a un documento oficial del Pentágono, aunque se llevó a cabo en colaboración con el Departamento de Defensa.

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