AFP

Las fuerzas de élite iraquíes preparaban el domingo el asalto a la ciudad de Faluya, en manos del grupo Estado Islámico (EI), que enfrenta también una ofensiva de gran magnitud en la vecina Siria, mientras crece el temor por los civiles atrapados en los combates en ambos países.

En Siria, más de 6.000 civiles, en su mayoría mujeres y niños, huyeron en 24 horas frente al avance del EI en la provincia de Alepo y se refugiaron en zonas bajo control kurdo, según informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Por primera vez desde el inicio el lunes de la ofensiva contra Faluya de las tropas gubernamentales iraquíes, éstas se desplegaron en las inmediaciones de la ciudad, situada a 50 km al oeste de Bagdad, según informaron comandantes.

Las fuerzas de élite antiterroristas (CTS), la policía de Al Anbar y los combatientes de tribus locales "están estrechando el cerco en torno a Faluya y esperan la hora H para dar el asalto", informó un oficial del mando de operaciones conjuntas.

El día antes, el comandante en jefe de la operación en Faluya, Abdelwahab al Saadi, afirmó que sus fuerzas habían avanzado hacia la ciudad por el sur y el este y que iban a entrar "en las próximas horas".

Apoyadas por la coalición internacional liderada por Estados Unidos, las fuerzas de élite han llevado a cabo varios asaltos para recuperar ciudades iraquíes controladas por los yihadistas.

Su participación marca una nueva fase en la ofensiva contra Faluya, la primera ciudad en caer en manos del EI en enero de 2014.

En el norte, las fuerzas peshmergas kurdas lanzaron el domingo un ataque para retomar el control de zonas al este de Mosul y así aumentar la presión contra el EI en esta ciudad, la segunda del país y principal bastión yihadista en Irak.

"Las fuerzas peshmergas, apoyadas por la coalición internacional, lanzaron una ofensiva terrestre para retomar al EI varias localidades de la región de Al Jazir, al este de Mosul", indicó el Consejo de Seguridad de la región autónoma del Kurdistán iraquí.

'Asustados y hambrientos'

Recuperar el control de Faluya, en la gran provincia occidental de Al Anbar, junto a Mosul y Raqa en Siria, es el principal objetivo de la coalición internacional antiyihadista.

Unos 50.000 civiles se encuentran bloqueados en Faluya en condiciones dramáticas, sin comida, agua potable ni medicinas.

Cientos de personas consiguieron salir de los suburbios de la ciudad, "agotados, asustados y hambrientos", pero otros miles siguen sitiados en el centro de Faluya, "aislados de cualquier ayuda y protección", según el Consejo Noruego para los Refugiados.

Los yihadistas que se encuentran en la ciudad, unos mil, estarían utilizando a los civiles como escudos humanos.

El sábado, los yihadistas lanzaron un asalto para volver a tomar el control de Hit, a 80 km más al noroeste, de donde habían sido expulsados por el ejército, según fuentes de seguridad. El ataque fue frenado pero los combates siguen a las puertas de la ciudad.

Esta misma estrategia se repite al otro lado de la frontera, en Siria, donde las fuerzas árabo-kurdas lanzaron una gran ofensiva contra el EI en la provincia de Raqa (norte). Para contrarrestar el ataque, los yihadistas lanzaron a su vez un asalto contra los rebeldes en la provincia vecina de Alepo.

Hospitales evacuados en Alepo 

Las localidades atacadas por el EI, de las que huyeron 6.000 civiles, están situadas entre la ciudad de Marea, casi sitiada, y la ciudad de Azaz, a 20 km más al norte, que los yihadistas también quieren recuperar, según el OSDH.

Ante el avance yihadista, gran parte del personal médico abandonó el único hospital de Marea. La oenegé Médicos Sin Fronteras tuvo que evacuar pacientes y médicos de un hospital de Azaz, próximo a los combates, según varios empleados.

"Los nuevos campamentos (para los desplazados) están superpoblados y las condiciones de vida son precarias", explicó Yehya, un responsable de los enfermeros.

Desde el inicio de la ofensiva lanzada por el EI el viernes han muerto en combate 47 yihadistas, incluyendo 9 atacantes suicidas, 61 rebeldes y 29 civiles, según cifras del OSDH.

Alrededor de la región de Azaz, en la frontera con Turquía, cerca de 165.000 desplazados se encuentran también amenazados por la ofensiva yihadista, según la ONU.

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