De acuerdo con un estudio estadouinidense, la flora intestinal tendría conexión con los síntomas de autismo.
Un estudio desarrollado por 25 científicos estadounidenses demostró que las conexiones cerebro-intestinales contribuyen a la expresión de algunas características del Trastorno de Espectro Autista (TEA).
En el informe científico publicado en Cel , los científicos propusieron que "la bacteria intestinal regula los comportamientos de ratones mediante la produccion de metabolitos neuroactivos, sugiriendo que las conexiones cerebro-intestinales contribuyen a la fisiopatología del TEA".
El estudio no prueba que la bacteria intestinal puede causar autismo, pero sugiere que al menos en ratones, la composición del intestino puede contribuir a la expresión de algunas características distintivas del trastorno.
De acuerdo con una publicación de la revista Science, "para probar el efecto de la flora intestinal, los científicos pusieron muestras fecales de niños con y sin autismo en el estómago de los ratones de la muestra, que no tenían microbioma propio".
"Posteriormente los investigadores cruzaron a los roedores con la misma bacteria para que sus crías estuvieran expuestas a los microbios humanos desde su desarrollo temprano", añade Science.
Los científicos sometieron a las crías a test de comportamientos comúnmente utilizados para medir síntomas de autismo en ratones. Analizaron la frecuencia con la que vocalizaban y cuánto se acercaban o interactuaban con otros ratones.
Comparados con los ratones que no fueron colonizados con bacterias intestinales de niños autistas, los ratones con flora TEA eran menos sociables y mostraron más comportamientos repetivos.
De acuerdo con un informe estadounidense publicado en 2014, 1 de cada 68 niños fue diagnosticado con Trastorno de Espectro Autista.