La fiscalía francesa pidió el jueves una pena de un año, de la cual seis meses de cárcel firme, contra el ex presidente Nicolas Sarkozy por haber excedido el máximo autorizado de gastos durante su campaña electoral de 2012.

Sarkozy manejó con "total dejadez" las finanzas de una campaña "de oro macizo" a la vista de su nivel de gastos, que duplicó el límite legal, escribieron los fiscales a cargo del caso.

Además de la pena de cárcel, solicitan contra el ex presidente (2007-2012) una multa de 3.750 euros (unos 4.500 dólares). 

Sarkozy, que perdió la reelección y se retiró de la vida política activa, no estaba presente en la audiencia.

El juicio, conocido como el caso Bygmalion, contra el ex mandatario conservador y otros 13 encausados se abrió el 20 de mayo.

Los responsables que dirigieron la campaña electoral afrontan penas de 18 meses a cuatro años de cárcel.

"Visiblemente Nicolas Sarkozy no lamenta nada, porque solo vino a una audiencia", declaró la fiscal Vanessa Perrée.

"Ese comportamiento, no considerarse un ciudadano como cualquier otro, coincide con lo que sucedió durante esta campaña presidencial, en la que [Sarkozy] se situó por encima" del resto, añadió con vigor.

Sarkozy ya fue condenado en marzo a una pena de cárcel firme de un año (de tres años de sentencia en total) por corrupción y tráfico de influencias en otro caso de escuchas telefónicas.

Era la primera vez que un expresidente de la V República francesa (régimen que se inició en 1958) era condenado a ingresar en la cárcel. Sarkozy ha apelado esa sentencia.

"Absurdo" 

La campaña electoral de 2012 estuvo caracterizada por su "improvisación y falta absoluta de preparación", describió la fiscal en sus alegatos.

La fiscal ironizó sobre unos "profesionales de la política" que al parecer desconocían absolutamente cuánto costaba un mítin electoral.

Para la acusación, la culpabilidad de los exdirigentes de Bygmalion, la empresa que organizaba esos mítines de Sarkozy, de su filial encargada de los eventos paralelos y de los altos cargos en la época del partido del presidente, la UMP (actualmente Los Republicanos) "está fuera de toda duda".

Solamente 4 de los 14 encausados reconocieron parcialmente su responsabilidad en un sistema de facturas falsas diseñado para ocultar la explosión de gastos de campaña del presidente.

El límite legal de gasto fue superado en 22 millones de euros (unos 26 millones de dólares).

La investigación reveló que el precio real de los 44 actos de campaña por la agencia Bygmalion fue drásticamente reducido para no despertar sospechas -80% de las facturas han desaparecido- y que el resto fue pagado por la UMP como si fueran convenciones del partido.

La investigación "no ha probado" que Sarkozy "ordenara" ni que "participara" en el fraude, ni siquiera si fue informado del entramado.

Pero es "innegable", sostiene la fiscalía, que se benefició del montaje, que le permitió disponer de "medios muy superiores a los que autorizaba la ley".

Sarkozy fue interrogado durante cuatro horas, y negó rotundamente las acusaciones.

La campaña de 2012 se parecía como "dos gotas de agua" a la de 2007 que lo aupó al poder, aseguró. En esas condiciones es "absurdo" que hubiera podido costar "el doble", añadió.

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