Ninguna papeleta de las elecciones generales de este domingo en Paraguay plantea este dilema, pero quizás los votantes lo salden indirectamente: ¿el país debe mantener su histórica alianza con Taiwán, o sacrificarla por China?
La cuestión ha sobrevolado la campaña paraguaya desde que el candidato opositor Efraín Alegre criticara las relaciones de Asunción con Taipei y expresara la posibilidad de establecer lazos con Pekín.
Esta posición contrasta con la política de reconocimiento a Taiwán que Paraguay ha mantenido por más de seis décadas y que el candidato oficialista a la presidencia, Santiago Peña, promete conservar.
China considera a Taiwán una provincia rebelde y defiende que la isla no tiene derecho a establecer relaciones de Estado a Estado, una posición que exige que asuman los países con los que abre relaciones diplomáticas.
Claro que los electores paraguayos tienen inquietudes mayores, como la seguridad pública, el desempleo, la desigualdad o la corrupción, temas centrales en esta campaña, señalan expertos.
Pero Paraguay es el único aliado diplomático de Taiwán en Sudamérica —uno de los 13 que restan en todo el mundo— y este vínculo ha adquirido una dimensión peculiar en tiempos de tensión entre China y la isla y de crisis derivada de la guerra en Ucrania.
El lazo con Asunción tiene para Taipei "una importancia simbólica crítica", señala Margaret Myers, directora del programa de Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional con sede en Washington.
"Estamos ante un grupo tan pequeño de aliados diplomáticos duraderos (para Taiwán) que perder más aún sería un golpe enorme, sobre todo después de la decisión de Honduras de hacer lo mismo", dice Myers a BBC Mundo.
Pero, ¿qué hay en juego para el país sudamericano en todo esto?
La ideología y la economía
Alegre, candidato por una coalición opositora llamada Concertación Nacional, ha cuestionado la conveniencia de que Paraguay siga reconociendo a Taiwán en lugar de China.
"Mantenemos esa posición crítica hacia las relaciones con Taiwán porque no vemos que haya una compensación", explicó a la agencia de noticias Reuters tras ser nominado en diciembre.
El candidato presidencial opositor paraguayo Efraín Alegre puso en duda que a su país le convenga seguir siendo el único aliado de Taiwán en Sudamérica.
Alegre negó luego haber tomado una decisión de cambiar los vínculos con Taipei por Pekín en caso de ser electo y sostuvo que está "analizando" el tema.
Pero sus declaraciones bastaron para colocar en el debate electoral una disyuntiva planteada por otros.
Desde los sectores ganadero y agrícola de Paraguay, dos pilares de la economía del país, han surgido en los últimos tiempos reclamos para abrir el comercio con China.
Paraguay figura entre los 10 mayores exportadores globales de carne vacuna y soja. Pero la falta de lazos oficiales dificulta sus ventasa China, el mayor comprador mundial de esos productos, aunque no las imposibilita: el país también coloca sus bienes de forma indirecta en ese mercado, a través de terceros.
En cualquier caso, las exportaciones de Paraguay a China sumaron apenas US$22 millones en 2022, según datos oficiales.
Por otro lado, el país sudamericano tiene en el asiático su principal fuente de importaciones: el año pasado le compró a China por US$4.690 millones.
El vínculo diplomático de Paraguay con Taiwán ha tenido históricamente una base ideológica.
Se estableció en 1957, cuando el régimen militar y anticomunista paraguayo de Alfredo Stroessner reconoció al gobierno de la isla, a cargo de republicanos nacionalistas vencidos en la guerra civil china por los comunistas liderados por Mao Zedong.
Mientras Paraguay mantuvo esa relación hasta hoy, otros países rompieron con Taiwán y establecieron lazos con China (entre ellos varios latinoamericanos desde 2007: Costa Rica, Panamá, El Salvador, República Dominicana, Nicaragua y, a partir de marzo, Honduras).
El presidente saliente paraguayo, Mario Abdo, visitó Taipei en febrero y sostuvo que la isla es "un faro de la democracia en la región".
El presidente paraguayo, Mario Abdo, defendió los lazos de su país con Taiwán durante una visita reciente a la isla.
Y Peña, el candidato del Partido Colorado al cual pertenece Abdo y que gobierna Paraguay desde 1947 excepto por un lustro, ha dicho que la relación con Taiwán que piensa mantener "no conoce de precios, conoce de principios y valores".
Pero con el fuerte ascenso económico chino y los llamados domésticos a abrir ese mercado, en Paraguay el asunto cobró un cariz diferente en la actual campaña.
"Ya no es una cuestión solo ideológica, sino que fundamentalmente es económica", dice Fernando Masi, un sociólogo y economista que dirige el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), a BBC Mundo.
La "diplomacia de la billetera"
Las exportaciones de Paraguay a Taiwán fueron insignificantes hasta que la isla concedió preferencias comerciales a su aliado como reclamó el gobierno de Horacio Cartes (2013-2018), recuerda Masi.
Con eso aumentaron los envíos de distintos tipos de carne paraguaya a Taiwán, aunque representaron solo el 2,2% del total de exportaciones del país sudamericano el año pasado.
"Acá la cuestión es la 'diplomacia de la billetera'", dice Masi en referencia a las inversiones o ayudas económicas de Taipei para afianzar sus lazos con Asunción, una práctica que Taiwán ha impulsado con sus aliados frente a la dura competencia de China.
Santiago Peña, candidato presidencial del gobernante Partido Colorado, quiere que Paraguay mantenga relaciones con Taiwán.
Ese dinero proveniente de la isla ha tenido varios destinos en Paraguay, desde la construcción de viviendas sociales hasta becas educativas.
Cerca de 700 jóvenes paraguayos han ido a estudiar a Taiwán subvencionados por el gobierno local en las últimas tres décadas. De ellos, unos 140 lo hicieron el último año, lo que marca un récord.
Sin embargo, muchos paraguayos vieron una necesidad de aliarse con Pekín durante la pandemia, cuando faltaban vacunas anticovid en el país y el gigante asiático se apresuró en enviarlas a sus socios en la región.
En aquel momento funcionarios de Taiwán sostuvieron que China presionaba a Paraguay mediante una "diplomacia de vacunas" para que cambiara de aliado. Pekín lo negó, pero envió señales de apertura al diálogo a Asunción.
No obstante, el Senado paraguayo rechazó en distintas ocasiones una aproximación a China en procura de vacunas.
Ahora Taipei dice que trabajará con quien gane en las elecciones en Paraguay, pero insiste en que China quiere "arrebatarle" a su aliado sudamericano.
La comunidad paraguaya es la mayor de América Latina en Taiwán, con cerca de 480 personas en la isla según la embajada de Asunción en la isla.
Las encuestas muestran a Peña y Alegre como los dos favoritos entre varios candidatos para las presidenciales paraguayas, que son de una sola vuelta: quien tenga más votos el domingo resultará electo. Algunos sondeos marcan pocos puntos de diferencia para uno u otro, o incluso empate técnico.
Estados Unidos, que tiene relaciones formales con Pekín pero apoya a Taiwán en su pulso con China, también considera de "vital importancia" que la isla mantenga los aliados diplomáticos que le restan, dice Myers.
Además explica que, aunque China es un socio comercial clave en Latinoamérica, los países que cortaron lazos con Taipei para abrirlos con Pekín han visto resultados variados, desde aumentos menores del comercio hasta proyectos que a veces se materializan poco.
Por eso, la experta señala que la pregunta para Paraguay es qué podría ganar con un cambio de alianzas más allá de potenciales beneficios a corto plazo.
"¿Sería el comercio directo con China mucho más beneficioso que este tipo de dinámica comercial indirecta que hay actualmente?", pregunta. "No tengo la respuesta".
La cuestión ahora puede estar en manos de los votantes paraguayos.