Las reformas son parte de los esfuerzos del papa Francisco para dar a las mujeres una mayor representación en la comunidad religiosa.
El Papa permitirá por primera vez que las mujeres voten en una influyente reunión mundial de obispos en octubre, un cambio histórico que ha sido bienvenido.
Las nuevas reglas anunciadas este miércoles darán derecho a voto a cinco hermanas religiosas en el sínodo, un organismo asesor papal.
En el pasado, a las mujeres solo se les permitía asistir a la reunión como observadoras. Los hombres seguirán emitiendo la mayoría de los votos en la influyente reunión.
Sin embargo, las reformas se ven como un cambio significativo para la Iglesia Católica, que ha estado dominada por hombres durante siglos.
La Conferencia de Ordenación de Mujeres, que aboga por la inclusión de mujeres sacerdotes, calificó la reforma como "un quiebre significativo en el techo de vitrales".
"Durante años, los representantes del Vaticano y los obispos se resistieron, moviendo la portería con cada sínodo sobre por qué no se permitía votar a las mujeres", escribió el grupo en Twitter. "La razón tácita siempre fue el sexismo", agregó.
"En un futuro próximo, esperamos que el sínodo continúe evolucionando hasta convertirse en un organismo plenamente representativo del pueblo de Dios", dijo.
En una nueva ruptura con la tradición, el papa Francisco, impulsor de la reforma, anunció que los derechos de voto también se extenderán a 70 miembros no obispos cuidadosamente seleccionados dentro de la comunidad religiosa, haciendo que el sínodo deje de ser una reunión únicamente de la jerarquía de la Iglesia.
El Vaticano dijo que espera que la mitad de ellos sean mujeres y que "se valore la presencia de jóvenes".
"Es un cambio importante, no es una revolución", dijo el cardenal Jean-Claude Hollerich, uno de los principales organizadores del sínodo.
Christopher Lamb, corresponsal en el Vaticano de la publicación de noticias católica The Tablet, dijo al programa Newshour del Servicio Mundial de la BBC que los cambios son "altamente significativos" y un intento del Papa de tomar decisiones sobre el futuro de la Iglesia de manera más inclusiva.
Agregó que las reformas respecto a las mujeres reflejan un diálogo "sin precedentes" sobre el tema de la representación femenina que viene ocurriendo desde hace tiempo.
Sin embargo, Lamb prevé que el Papa enfrente una "resistencia significativa" de algunas partes de la Iglesia por esta última decisión.